El acelerado incremento de precios, impulsado por alimentos y transporte, presiona márgenes de maniobra ante escasez de divisas y bloqueos logísticos.
La inflación acumulada en Bolivia alcanzó el 9,81 % entre enero y mayo de 2025, debido a un aumento mensual récord del 3,65 % en mayo. Este nivel excede con creces la meta anual del 7,5 % establecida por el Gobierno, marcando la variación interanual más alta en 34 años, con 18,46 %.
Incremento histórico en mayo y presiones en alimentos y servicios
El Instituto Nacional de Estadística (INE) reportó que la inflación mensual de mayo fue la más pronunciada en cuatro décadas, con un alza del 3,65 %. Los principales productos afectados fueron cebolla (+23,79 %), carne de pollo (+9,14 %), carne de res sin hueso (+5,44 %) y bebidas gaseosas (+4,68 %), además del incremento de precios en almuerzos y transporte
Este comportamiento refleja incrementos significativos en bienes esenciales y servicios, acentuando las tensiones inflacionarias en la economía doméstica. La inflación acumulada hasta mayo, de 9,81 %, supera en un 31 % la meta gubernamental del 7,5 %. El índice interanual de 18,46 % es el más alto desde junio de 1991, lo que evidencia un aumento sostenido y preocupante en el nivel general de precios.
Factores estructurales detrás del alza de precios
El deterioro inflacionario responde a varios factores simultáneos: restricciones cambiarias, escasez de combustibles, desabastecimiento logístico por bloqueos, y una depreciación del boliviano en el mercado paralelo. Además, la paridad cambiaria oficial se mantiene en 6,97 Bs./USD, mientras que el tipo paralelo supera los 16 Bs./USD, afectando la confianza en la moneda local
Superar la meta inflacionaria en el primer semestre reduce el margen de maniobra del Gobierno. Los costos aumentados en alimentos, combustibles y servicios podrían traducirse en mayor presión sobre el gasto público y los subsidios, dificultando la formulación de políticas fiscales y monetarias estables.
Analistas destacan que un incremento sostenido de precios podría golpear el poder adquisitivo, acentuar la desigualdad y generar una espiral de ajustes de costos en distintas industrias.
Proyección para la segunda mitad del año
Sin medidas correctivas efectivas —como el fortalecimiento de las reservas, estabilización de la paridad cambiaria y desactivación de bloqueos— la inflación podría mantenerse alta. Se anticipa que la crisis de divisas y las distorsiones logísticas seguirán alimentando presiones inflacionarias, condicionando la estrategia económica 2025–2026. Con una inflación acumulada que ya supera la meta anual en mayo, Bolivia se enfrenta a un horizonte económico complejo. El desafío central será restablecer la confianza en la estabilidad de precios mediante políticas coordinadas que enfrenten tanto los factores coyunturales como los estructurales.