El anuncio de Donald Trump sobre la posible eliminación de aranceles que afectan productos clave como metales, tecnología y productos agrícolas generó una fuerte depreciación del dólar, marcando su punto más bajo desde octubre. Este movimiento se interpreta como un intento de reconfigurar relaciones comerciales estratégicas y buscar un equilibrio en la economía global.

De acuerdo con los índices internacionales, el dólar cayó más del 1,2 % frente a monedas como el euro, la libra esterlina y el yen japonés. En países emergentes, como Brasil, el real experimentó una subida del 1,5 %, mientras que el peso mexicano ganó un 0,8 %. Este escenario beneficia directamente a las economías que dependen de exportaciones industriales y agrícolas, en contraste con el golpe que sufren importadores de bienes estadounidenses.

Un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) asegura que estas oscilaciones podrían indicar un cambio en las políticas proteccionistas de EE. UU., pero los mercados siguen atentos a cómo se materializará la medida y qué países serán favorecidos.

Implicaciones económicas para Bolivia
En Bolivia, cuyo comercio exterior depende fuertemente de exportaciones como el gas natural, los minerales y la soya, esta caída del dólar y la eliminación de ciertos aranceles abre una ventana de oportunidad. Según analistas bolivianos, un dólar debilitado facilita la venta de productos a mercados internacionales, ya que los precios se vuelven más competitivos. «Si bien esto mejora las posibilidades de exportación, el principal desafío para Bolivia será diversificar su oferta exportadora y aprovechar las relaciones bilaterales más allá de sus actuales socios comerciales», afirmó un economista de la Cámara Nacional de Comercio.

Bolivia podría considerar un mayor posicionamiento en mercados asiáticos y europeos, especialmente en un momento en el que las economías de la región buscan nuevos socios tras el impacto económico global post-pandemia. El efecto favorable podría notarse particularmente en los sectores minero y agrícola, que representan un porcentaje significativo de las exportaciones bolivianas.

La tendencia bajista del dólar también reaviva los debates sobre los acuerdos comerciales en América Latina, especialmente entre países exportadores como Brasil, Argentina y Chile, que ya muestran mayor dinamismo en sus mercados. Las monedas locales han ganado fuerza frente al dólar, y los inversionistas comienzan a mirar con optimismo los mercados emergentes ante las señales de una apertura comercial más amplia.

Si bien la política comercial de Trump puede parecer una ventaja para países en desarrollo, expertos instan a la cautela. «La apertura debe ir acompañada de planes estratégicos para evitar una dependencia desbalanceada de los mercados internacionales», concluyó un informe reciente del Banco Mundial para la región andina.