Con un modelo de producción sostenible, el país exporta más de 35 mil toneladas en 2024 reforzando su economía y protagonismo internacional.
Bolivia ha exportado más de 35 mil toneladas de castañas durante este año, posicionándose como el principal proveedor mundial. Este dato confirma su liderazgo frente a competidores tradicionales como Brasil y Perú, consolidándose como un actor clave en el comercio global de productos amazónicos.
El sector castañero boliviano representa uno de los pilares económicos para las regiones de Beni y Pando, donde más del 90% de la producción nacional se concentra. Según estadísticas gubernamentales, la actividad generó este año más de 80 millones de dólares en ingresos por exportaciones, dinamizando la economía regional y nacional.
La mayor parte de las exportaciones bolivianas tiene como destino mercados exigentes como Estados Unidos, Europa y Asia. El auge de la demanda responde al creciente interés por alimentos saludables y sostenibles, donde la castaña boliviana destaca por su calidad superior y su producción certificada bajo estándares ambientales.
El crecimiento del sector no es casualidad. Este año, el Gobierno implementó políticas para mejorar la logística de transporte, reducir pérdidas postcosecha y apoyar financieramente a pequeños productores. Estas medidas han permitido un incremento del 20% en volumen exportado respecto al año anterior.
Sin embargo, este éxito viene acompañado de desafíos. Expertos han señalado la necesidad de diversificar los productos derivados de la castaña, como aceites y harinas, para maximizar el valor agregado. Además, advierten sobre la importancia de cuidar los bosques de la Amazonía boliviana, que son la base de esta actividad, mediante prácticas sostenibles que equilibren producción y conservación. Con esta conquista internacional, Bolivia no solo refuerza su economía, sino que presenta al mundo un modelo exitoso de desarrollo sostenible.