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Previsión de la demanda mundial de petróleo cae en medio de incertidumbre económica

Previsión de la demanda mundial de petróleo cae en medio de incertidumbre económica

La OPEP ajusta a la baja su proyección de crecimiento, mientras expertos alertan sobre los riesgos para la economía global.

La OPEP ha revisado a la baja sus estimaciones sobre el crecimiento de la demanda mundial de petróleo para 2024, debido a una combinación de desafíos macroeconómicos que están afectando tanto a los países desarrollados como a los emergentes. Según el informe más reciente, se prevé que la demanda aumente en 2,2 millones de barriles por día, una cifra menor en comparación con las proyecciones anteriores, lo que refleja una desaceleración en el consumo energético global.

Este ajuste en las previsiones se ve impulsado por las preocupaciones sobre la evolución económica de países clave como China y Estados Unidos. La desaceleración del crecimiento en China, uno de los principales consumidores de petróleo a nivel mundial, y los desafíos inflacionarios en economías desarrolladas han generado incertidumbre sobre la estabilidad del mercado energético. La volatilidad en los precios del petróleo, combinada con los esfuerzos de los bancos centrales para controlar la inflación, está pesando sobre las expectativas de crecimiento global.

John Wraith, vicepresidente de S&P Global, también ha lanzado una advertencia contundente sobre el estado actual de la economía mundial, señalando que estamos en un «momento peligroso». Según Wraith, la conjunción de altos niveles de deuda, un crecimiento más lento de lo esperado y la persistente inflación están creando una tormenta perfecta que podría afectar gravemente tanto a los mercados financieros como a la recuperación económica post-pandemia. La incertidumbre económica, según expertos, también se ve exacerbada por las tensiones geopolíticas en distintas regiones del mundo, las cuales afectan directamente los flujos de comercio y la estabilidad de los mercados energéticos. Estas tensiones, unidas a una política monetaria restrictiva en muchas economías, han generado preocupación sobre el impacto que podrían tener en la demanda de energía, especialmente en el petróleo, un recurso clave para el desarrollo industrial y el transporte.

Por su parte, la OPEP ha señalado que continuará monitoreando de cerca el mercado y ajustará sus políticas de producción según sea necesario para mantener un equilibrio en la oferta y la demanda. Sin embargo, los desafíos macroeconómicos parecen estar fuera del control de la organización, y su capacidad para influir en el mercado a largo plazo podría verse limitada si las condiciones económicas globales no mejoran.