Para nadie es un secreto que la pandemia llegó y revolucionó todos los aspectos de la vida, llevó al mundo a tener una visión futurista, poniendo como elemento central a la digitalización, como es el caso de los pagos online. Según datos de Mambu, una plataforma bancaria digital nativa, el 80% de los usuarios bancarizados
Para nadie es un secreto que la pandemia llegó y revolucionó todos los aspectos de la vida, llevó al mundo a tener una visión futurista, poniendo como elemento central a la digitalización, como es el caso de los pagos online. Según datos de Mambu, una plataforma bancaria digital nativa, el 80% de los usuarios bancarizados entre 18 y 35 años tienen la app de su banco vinculada a su teléfono móvil, y aunque sigue siendo elevado el número de personas que no llegan a concluir el pago online, las diferentes opciones han evolucionado para que las transacciones virtuales sean sencillas e intuitivas.
De acuerdo a los datos de Baymard Institute, una empresa que realiza estudios de investigación sobre aspectos de experiencia del usuario en línea, siete de cada diez check outs (proceso de compra) permanecen incompletos por lo difícil de sus funciones o por una mala experiencia del usuario al realizar un pago digital. Esto representa una barrera para que esta tendencia crezca mucho más de como lo viene haciendo hasta ahora. Y si nos vamos a Bolivia, se tienen aún más obstáculos, toda vez que el efectivo sigue siendo la opción de pago más utilizada, de acuerdo a una encuesta realizada por el BCB.
Bajo este panorama, a pesar de los beneficios que trae la digitalización para el usuario (ahorro de tiempo, privacidad, seguridad, rapidez en las operaciones, comodidad y servicio las 24 horas), las trabas que frenan su expansión continúan presentes, aunque pueden ser superadas con la creación de un entorno digital que se adecue al comportamiento diferenciado de cada boliviano.
De esta forma surgen diferentes opciones para los usuarios, desde apps, billeteras móviles, chats de pago, plataformas web, entre otras, que buscan convertir las transacciones en efectivo en digitales. Entre las novedades que han ingresado al mercado digital con buena presencia, se encuentra: “Mis Cuentas” de Síntesis, una aplicación que nació para simplificar el proceso de pago, brindando al usuario practicidad y seguridad, con un enfoque de uso multiplataforma que le permite pagar diferentes servicios desde un mismo lugar.
De acuerdo a Eduardo Aranda, director de desarrollo de negocios de Síntesis, para incrementar la probabilidad de concluir las transacciones de pago digitales, llegar a una mayor cantidad de usuarios y superar las complicaciones en el proceso de compra y pago, la simplicidad es la clave, a tal grado que en tan solo algunos clics los usuarios puedan concretar su transacción. Así mismo, según señala el ejecutivo, los medios de pago también juegan un papel importante, ya que le permite al usuario elegir cómo pagar, ya sea con tarjeta de crédito o débito, QR, billeteras móviles u otros disponibles en Bolivia.
El reto está sobre la mesa. Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) al 2019, cerca de 430 millones de personas son usuarios de Internet en la región. Sin embargo, tan solo un 18% de las empresas han desplegado canales de ventas digitales, lo que significa un gran desafío para la adopción de tecnologías digitales. De igual forma, el organismo internacional señala que la región mantiene una brecha estadística importante en la generación de indicadores sobre TIC, especialmente en relación con la incorporación de tecnologías digitales en empresas, lo que dificulta el proceso de digitalización.
A pesar de todo, la Cepal destaca la resiliencia de Latinoamérica para enfrentarse a la dura etapa de la pandemia, que se convirtió en una oportunidad: “La imposición de medidas sanitarias para enfrentar el COVID-19, como la clausura de lugares de trabajo y la cuarentena domiciliaria, ha ocasionado un salto en el uso por parte de la población de redes de telecomunicaciones para resolver temas de aprovisionamiento de bienes, conectividad social, y acceso a información. Ya existe numerosa evidencia del aumento en la utilización de las redes de telecomunicaciones a partir del desencadenamiento de la pandemia, y como consecuencia una erosión natural de los índices de calidad”, dicta parte del comunicado de la entidad.