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Entre burocracia y falta de inversión: Bolivia en los últimos puestos de libertad económica

  • En Pais
  • 1 de octubre de 2025
Entre burocracia y falta de inversión: Bolivia en los últimos puestos de libertad económica

La posición de Bolivia en el índice internacional ha caído a 116 entre 165 países, reflejo de debilidades profundas en regulaciones, justicia y tamaño del Estado. Transformar ese diagnóstico en oportunidades exige reformas profundas que permitan que la economía recupere terreno frente a otras naciones más abiertas.

El más reciente Informe de Libertad Económica 2025 de la Heritage Foundation ubica a Bolivia con una calificación de 44,1 puntos sobre 100, lo que la sitúa en el puesto 164 de 176 países, apenas por encima de Cuba y Venezuela en la región. Los mayores déficits aparecen en tres áreas centrales: derechos de propiedad, libertad de inversión y eficiencia del sistema legal, que muestran un entorno caracterizado por inseguridad jurídica, falta de institucionalidad y obstáculos para el ingreso de capital extranjero.

Aunque el indicador de libertad monetaria alcanza un valor relativamente aceptable, este no logra capturar la realidad de la inflación interna, la escasez de divisas y las restricciones cambiarias que afectan a la población y a las empresas. El Centro Populi, en un análisis del Fraser Institute, también coloca a Bolivia en los últimos lugares de Sudamérica, confirmando la persistencia de un rezago que se arrastra desde hace más de una década.

Impacto económico y necesidad de reformas

Las consecuencias de este escenario se reflejan en un PIB per cápita estancado desde 2018, una inversión extranjera directa que se mantiene en niveles mínimos y una creciente informalidad laboral que limita la productividad. La presión regulatoria sobre el crédito, el trabajo y los negocios ha generado costos adicionales para el sector privado, desincentivando el crecimiento del empleo formal y reduciendo la competitividad del país frente a sus vecinos.

Expertos coinciden en que para revertir esta situación se requiere un giro institucional profundo. Garantizar los derechos de propiedad, asegurar un sistema judicial independiente y transparente, y establecer reglas claras para los inversionistas son pasos fundamentales. A ello se suma la urgencia de simplificar la burocracia que rodea la creación y operación de empresas, de mejorar la disciplina fiscal con un gasto público más eficiente y de ajustar las normas laborales y comerciales que hoy dificultan el desarrollo del sector privado.

Relevancia estratégica para el futuro

El fortalecimiento de la libertad económica no solo tiene efectos sobre el clima de negocios, sino también sobre la credibilidad del país en los mercados internacionales y su capacidad de acceder a financiamiento externo en mejores condiciones. Los países que han mejorado sus indicadores en esta materia han logrado atraer inversiones, generar innovación y sostener un crecimiento económico más estable y diversificado.

Para Bolivia, la urgencia es evidente. Si no se toman medidas, el país corre el riesgo de seguir quedando rezagado mientras sus pares sudamericanos avanzan en reformas estructurales que los hacen más atractivos para la inversión. Mejorar la libertad económica no es únicamente una cuestión de ranking, sino un requisito para reactivar la confianza, estimular la productividad y asegurar un futuro económico sostenible.