El estudio para el acceso boliviano al puente sobre el río Mamoré marca un paso estratégico hacia una mayor conexión con Brasil y el fortalecimiento del comercio amazónico.
Un proyecto reciente del Gobierno licita el Estudio de Diseño Técnico de Preinversión (EDTP) para construir un tramo de acceso vehicular de más de 18,2 km al puente binacional entre Bolivia y Brasil sobre el río Mamoré, con un costo estimado de Bs 2,8 millones, financiados por la CAF (Corporación Andina de Fomento). Esta acción acompaña el contrato ya vigente para la estructura principal, la cual Brasil financia por unos US$ 88 millones.
Aunque este monto parece modesto frente a la escala total del proyecto, su importancia trasciende el valor inmediato, pues sienta las bases para conectar comunidades amazónicas, reducir costos logísticos y proyectar una mayor integración comercial con Brasil.
Una inversión preliminar con impacto estratégico
El estudio de acceso pavimentado es una condición necesaria para que el puente cumpla sus funciones de corredor comercial. Sin una vía de conexión interna eficiente, el puente podría aislarse como infraestructura simbólica sin efecto real. Este tramo de acceso establece la pieza inicial de una ruta que unirá Guayaramerín con Guajará-Mirim y facilitará la salida al Atlántico desde la Amazonía boliviana.
Una vez operativa, esa ruta podría reducir tiempos de transporte, abaratar costos para exportadores del oriente boliviano y desencadenar flujos nuevos de comercio con mercados brasileños. Productores agrícolas, madereros, ganaderos y firmas de manufactura local podrían beneficiarse de menores tarifas de envío y una vía más directa hacia terminales portuarias en Brasil.
Riesgos estructurales y elementos críticos de éxito
Sin embargo, el estudio inicial revela que el verdadero desafío será extender la conectividad desde Guayaramerín hasta los centros productivos del interior del país. El departamento del Beni carece de infraestructura vial robusta, lo que convierte el tramo de acceso en un cuello de botella potencial.
Además, la ejecución del estudio y posteriores obras dependerá de recursos presupuestarios, capacidad técnica, transparencia y coordinación entre gobierno central, CAF y autoridades locales. La calidad del diseño determinará cuánto del potencial económico se materializa frente al riesgo de sobrecostos, desviaciones o demoras.
Bolivia en el mapa regional: una apuesta de largo plazo
Este acceso, aunque pequeño en montos, es estratégicamente relevante: fija el compromiso boliviano de concretar su rol como corredor amazónico de comercio binacional. En un escenario en el que el puente principal ya está en marcha, el estudio abre la puerta para que Bolivia juegue un papel activo como país de tránsito, transformándose en enlace entre la producción regional y mercados globales. La “puerta de salida” será tanto física como simbólica: si Bolivia aprovecha este momento para fortalecer su infraestructura interna, asegurar alianzas comerciales y mejorar su logística, podrá consolidar un corredor amazónico competitivo y reducir su histórica periferia económica.