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Reservas internacionales de Bolivia alcanzan US$ 3.275 millones, pero persisten dudas sobre su sostenibilidad

Reservas internacionales de Bolivia alcanzan US$ 3.275 millones, pero persisten dudas sobre su sostenibilidad

El Banco Central reportó un aumento en las reservas internacionales netas a US$ 3.275 millones en septiembre. El dato ofrece un respiro en medio de la crisis económica, aunque expertos advierten que la alta concentración en oro y la falta de liquidez limitan su verdadero margen de maniobra.

El Banco Central de Bolivia (BCB) informó que las reservas internacionales netas (RIN) cerraron septiembre en US$ 3.275 millones, lo que representa un incremento de US$ 1.298 millones respecto al cierre de 2024 y un repunte frente a los US$ 2.881 millones registrados en agosto. El anuncio llega en un contexto marcado por inflación al alza, restricciones cambiarias y dificultades para acceder a financiamiento externo.

El fortalecimiento de las RIN se explica principalmente por la compra y valorización de oro, estrategia con la que el BCB ha buscado compensar la imposibilidad de captar créditos externos por más de US$ 1.700 millones debido a la falta de aprobación legislativa. Según datos oficiales, al menos el 92% de las reservas se encuentra en oro, lo que evidencia una cobertura importante en términos contables, pero con limitada liquidez inmediata para sostener pagos de importaciones o defender el tipo de cambio.

Más reservas, pero menos divisas disponibles

Aunque el aumento de reservas mejora la percepción de solvencia del país, el análisis revela matices clave. El BCB utilizó parte de los recursos para cubrir el pago de la deuda externa más de US$ 1.000 millones hasta agosto, lo que demuestra la importancia de mantener un colchón financiero. Sin embargo, la composición de las RIN deja al descubierto vulnerabilidades: la mayor parte del oro requiere procesos de venta o swaps para convertirse en dólares líquidos, lo que podría retrasar la capacidad de respuesta ante shocks externos.

A esto se suma el hecho de que Bolivia enfrenta déficits fiscales recurrentes, un mercado cambiario tensionado por la escasez de dólares y una inflación que acumula niveles históricos en la región. En este escenario, contar con reservas más robustas es un paso positivo, pero insuficiente si no va acompañado de políticas estructurales que mejoren la atracción de divisas, ya sea mediante exportaciones, inversiones o créditos internacionales.

La recuperación de las RIN refuerza la capacidad del BCB de cumplir con compromisos externos de corto plazo, lo que otorga cierta estabilidad en un año especialmente complejo. No obstante, el desafío radica en transformar este repunte en una estrategia sostenible: diversificar la composición de las reservas, recuperar la confianza de inversionistas y destrabar financiamiento externo.