Inversiones y tecnologías extranjeras se alinean con metas estatales de industrialización
Con reservas de litio que representan casi una cuarta parte del total mundial, Bolivia ha intensificado sus esfuerzos por convertir este recurso estratégico en un pilar económico. Los salares de Uyuni, Coipasa y Pastos Grandes se han transformado en el epicentro de los planes de industrialización, respaldados por la estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB).
En 2023, el Gobierno firmó importantes acuerdos con empresas como CATL y Uranium One, que aportan tecnología de extracción directa, una herramienta clave para aumentar la eficiencia y reducir los costos de producción. Estas alianzas han sido catalogadas como estratégicas para que Bolivia incremente su producción anual, que actualmente se encuentra por debajo de los niveles de países vecinos como Argentina y Chile. El viceministro de Altas Tecnologías, Edgar Zárate, destacó que “la meta es alcanzar una capacidad de 100.000 toneladas de carbonato de litio anual hacia 2030, posicionando al país como un actor relevante en la cadena de suministro global”.
Beneficios y retos locales
El impacto positivo de estos avances se proyecta en varios ámbitos. Las comunidades en torno a los salares se beneficiarán de mayores inversiones en infraestructura y generación de empleo, con el compromiso de los consorcios internacionales y YLB de fortalecer las capacidades locales. Actualmente, un porcentaje significativo de los ingresos generados está destinado a programas de desarrollo regional.
Sin embargo, los retos persisten. La protección ambiental es una de las prioridades en el plan de desarrollo, dadas las sensibilidades ecológicas de los salares. Las autoridades han iniciado estudios para mitigar los impactos de las operaciones a gran escala, asegurando la sostenibilidad a largo plazo.
En el mercado internacional, los precios volátiles del litio también representan un desafío. A pesar de esto, la creciente demanda global de baterías eléctricas es una oportunidad que Bolivia busca aprovechar, fortaleciendo su posición en las cadenas de suministro tecnológica. Con una estrategia que equilibra la integración de tecnologías avanzadas, la participación de comunidades locales y la protección ambiental, Bolivia avanza con determinación hacia un modelo sostenible de explotación e industrialización del litio.