Productores avícolas enfrentan pérdidas diarias debido a bloqueos y acusan al gobierno de inacción y arbitrariedad en las regulaciones.
La crisis avícola en Bolivia se agrava rápidamente, con productores denunciando que las protestas y bloqueos han generado pérdidas diarias superiores a un millón de bolivianos. La Federación Nacional de Avicultores señala que la cadena productiva está paralizada, afectando tanto a pequeños como grandes productores, quienes temen que la situación se torne insostenible en las próximas semanas si no se encuentra una solución a los conflictos sociales que impiden el libre tránsito en las carreteras.
A las pérdidas económicas se suma la queja contra el SENASAG, que, según los avicultores, ha emitido normativas y sanciones sin una justificación clara. Estos aseguran que la falta de criterio técnico en las decisiones de la entidad reguladora está empeorando su situación, ya que se ven limitados en sus operaciones, tanto en la distribución como en la producción de productos avícolas. En declaraciones recientes, los representantes del sector señalaron que las sanciones impuestas por el SENASAG, en lugar de mejorar las condiciones sanitarias y productivas, han generado incertidumbre y mayores costos operativos. «Nos sentimos abandonados por las autoridades. Los bloqueos nos asfixian financieramente y las medidas del gobierno solo nos ponen más trabas», comentó un líder gremial, quien pidió mantener su anonimato por temor a represalias.
Por su parte, las asociaciones de avicultores han solicitado repetidamente al gobierno nacional que intervenga en la resolución de los conflictos que han llevado a los bloqueos y que reevalúe las políticas sanitarias impuestas por el SENASAG. Sin embargo, hasta el momento no ha habido una respuesta contundente por parte de las autoridades.
Las consecuencias de esta crisis no solo afectan a los productores. También se teme que, de prolongarse el conflicto, el mercado interno de carne de pollo y huevo podría sufrir un desabastecimiento, lo que generaría un alza en los precios de estos productos esenciales para los consumidores bolivianos.