Alcides Parejas Moreno Rolando Aguilera Pareja, “Roly”, fue un hombre multifacético que vivió su vida intensa y apasionadamente. Su vida fue tan intensa como su muerte: una cruel enfermedad se ensañó con él y le ganó la batalla cuando tenía 64 años, una edad en la que todavía hay mucho para dar, sobre todo en
Alcides Parejas Moreno
Rolando Aguilera Pareja, “Roly”, fue un hombre multifacético que vivió su vida intensa y apasionadamente. Su vida fue tan intensa como su muerte: una cruel enfermedad se ensañó con él y le ganó la batalla cuando tenía 64 años, una edad en la que todavía hay mucho para dar, sobre todo en hombres como Roly que cada día que amanecía se quieren comer el mundo.
Roly nació en Santa Cruz de la Sierra un 15 de febrero de 1938. Es una fecha cercana a dos hechos que marcaron su vida. La proximidad al aniversario de la fundación de su ciudad y la celebración del carnaval. Roly fue un apasionado amante de su ciudad natal y del carnaval.
Sus padres, Ramón Aguilera Costas y Alicia Pareja Egüez, vivían frente al templo de San Andrés, con sus cinco hijos (Roly, Lilito, Chino, Neneco y Nena) cuando la ciudad era un pueblo grande que en tiempo de lluvias sus calles de convertían en verdaderos ríos y barriales y en los meses secos los arenales las inundaban. El templo de San Andrés era uno de los más tradicionales de la ciudad y estaba construido a la manera de los de las misiones de Chiquitos. Estaba situado a poco más de 100 metros del único parque con el que contaba la ciudad, el Arenal, del Tambo Cosmini, de la curtiembre Banegas, de Los Pozos… Este fue el espacio de su niñez.
Sus dos grandes pasiones (Santa Cruz de la Sierra y el fútbol) corrían paralelas y crecían con el tiempo. En el hogar Aguilera Pareja se respiraba cruceñidad y fútbol. Cruceñidad porque se amaba la ciudad hasta en los más mínimos detalles, incluso se vivían algunos mitos urbanos cambas: “yo no como cebolla, porque no soy colla”. Ese amor se manifestó de manera dramática cuando vivió el exilio. Se había casado con una joven y guapa cruceña; de esta unión nacieron tres hijos: Rolito, Erwin y Tania. Estaba en Estados Unidos cuando nació su primogénito y hasta Washington D.C. hizo que le mandaran tierra de la calle del barrio para que su hijo la pisara. ¿Chauvinismo? No, simplemente un amor que se manifiesta en símbolos. Este amor tiene otras manifestaciones. Todos los estudios de postgrado que realizó (Ciudad de México, Frankfurt, Lovaina, Washington D.C.) fueron para mejorar conocimientos y ponerlos al servicio de la ciudad de sus amores. Como hermano mayor (su papá, don Ramón, murió joven, lo que lo convirtió en el pater familiae) influyó de manera positiva para que sus hermanos varones se profesionalizaran y regresaran a la ciudad de sus amores para prestar sus servicios. Tal vez una de las facetas más importantes y menos destacadas de su personalidad es que era amigo de sus amigos y reconocía de forma manifiesta a quienes habían ejercido alguna influencia en su vida. Para muestra un botón. Roly fue bachiller de la primera promoción que salió del Colegio La Salle. En ese colegio había un profesor que debió haber tenido una gran influencia en su vida, el legendario Hermano Hipólito. Este religioso estuvo muchos años en la ciudad hasta que decidió marcharse y entrar a la orden de los Cartujos, que dedican su vida a la oración y se alejan del mundo. En una de sus viajes a Europa, junto a otros ex lasallistas, fue hasta la cartuja y consiguió que el Hermano Hipólito los recibiera y hablara con ellos.
Al mismo tiempo que modelaba su amor por lo cruceño, aumentaba la pasión por el fútbol, lo que exigía disciplina y dedicar largas horas al entrenamiento. Lo hizo de tal forma que llegó a ser titular de uno de los equipos icónicos cruceños: Blooming. Asimismo, sus hermanos Lilito y Chino incursionaron en el fútbol profesional. “Mens sana in corpore sano”, pareciera que era su divisa. La disciplina y el entrenamiento lo convirtieron en un joven atractivo que le encantaba ser centro de atención de las chicas bonitas de la ciudad.
Con la misma pasión que vivía el fútbol vivió el carnaval, que se convirtió en una especie de pócima mágica que le daba fuerza para el resto del año. Tal vez el carnaval era una sensación de vivir en libertad y soltar todo lo negativo que pudiera haber en él y su entorno. Vivía intensamente las noches de mascaritas; era un caballero saltando con la pelada de su elección en el corso carnavalero; era el conquistador empedernido en las casas de espera; era el terror de propios y extraños obre todo el tercer día de carnaval porque arremetía con pócimas y entreveros inimaginables.
Sin lugar a dudas Roly Aguilera Pareja es una figura controvertida en sus más diversas facetas: del profesional solvente al servicio de su ciudad que emergía de un largo y penoso letargo al concejal implacable para el que siempre primero era Santa Cruz; del funcionario incorruptible en cargos de importantes funciones a nivel nacional al funcionario internacional que siempre está con la mente en su ciudad; del deportista disciplinado que de ser un excelente jugador de fútbol se convirtió en el creador de una de las instituciones infantojuveniles más importantes del mundo al carnavalero más icónico del carnaval cruceño.
Hay una frase de Steve Jobs, cofundador de Apple, que nos puede dar una aproximación a la desbordante personalidad de Roly Aguilera Pareja. “Nuestro tiempo es limitado, así que no lo malgastes viviendo la vida de otro que no seas tú. No te dejes atrapar por los dogmas, es decir, vivir en base a los pensamientos de otras personas. No permitas que el impacto de otras opiniones ahogue tu propia voz interior. Y lo más importante, ten la valentía de seguir lo que te dicta tu corazón e intuición. De alguna manera los demás ya saben lo que deseas llegar a ser realmente. Todo lo demás es secundario”. De alguna manera pareciera que Roly intuyera que su tiempo iba a ser corto (“nuestro tiempo es limitado”), por lo que cada día que pasaba era como si fuera el último y lo vivía intensamente. Vivía en base a su propio ideario sin importante poco o nada lo que los demás pudieran pensar de él (“Y lo más importante, ten la valentía de lo que te dicta tu corazón e intuición”). Roly Aguilera Pareja sabía lo que quería y cómo lo quería y, sobre todo sabía que los demás “ya sabían lo que él desea llegar a ser”.