Argentina vende ahora gas natural a Chile, y le compra cada vez menos a Bolivia, por supuesto. Pero la noticia más impactante es que Argentina ha comenzado a vender gas a Brasil, el anticipo de que en 2022 el país del sur estará exportando 130 millones m3/d, como pronostican los expertos del gobierno de Mauricio
Argentina vende ahora gas natural a Chile, y le compra cada vez menos a Bolivia, por supuesto. Pero la noticia más impactante es que Argentina ha comenzado a vender gas a Brasil, el anticipo de que en 2022 el país del sur estará exportando 130 millones m3/d, como pronostican los expertos del gobierno de Mauricio Macri.
Mientras se dan estas noticias, confirmando que los países vecinos no se contagiaron la parálisis que aqueja a Bolivia en el campo de hidrocarburos, aquí todos son mensajes ideologizados sobre lo que ocurre en la región.
Y el propio Brasil hace avances importantes, como aquel por el cual podrá prescindir del gas boliviano en 2020 gracias a la producción de los yacimientos pre-sal.
Otra forma de encarar el problema desde Bolivia es adoptar cada vez con mayor firmeza el estilo del avestruz, negando todo, ocultando todo con total ingenuidad, porque no se han enterado de que las fuentes de información de Argentina y Brasil revelan lo que aquí se quiere ocultar.
Dice Siglo 21 que las exportaciones de gas a Brasil están en este momento en el nivel más bajo de los últimos nueve años. En 2014 las exportaciones llegaron a 32 millones m3/d y ahora, en el promedio de este año, el volumen es de solamente 22 millones. Y en este momento es la primera vez desde 2009 que los pedidos de Brasil están por debajo de 24 millones m3/d.
Desde Argentina, además, se informa que en 2008 el promedio de envíos fue de 18 millones m3/d y ahora, en octubre, sólo se llegó a 12,97 pero en los últimos días de octubre fue de apenas 7 millones.
No es ni a Mauricio Macri ni a Jair Bolsonaro a quienes hay que culpar de esta situación desastrosa, por supuesto. Es una larga retahíla de mentiras que comenzó con el cuento de la nacionalización de 2006, siguió con la propaganda sobre esa nacionalización y terminó con los actos de rendición disimulada ante las petroleras.
Mientras el gobierno boliviano estaba empeñado en esas mentiras, Argentina buscaba petróleo y gas, Brasil hacía lo mismo y de esa manera se estaba preparando el momento en que esos dos países prescindirían del gas boliviano.
El hermetismo del gobierno impide que el país se entere de las cifras sobre las verdaderas reservas de gas, pero los expertos nacionales y extranjeros dicen que los campos dejarán de producir en tres o cuatro años.
Ofrecerle gas a Paraguay es solamente propaganda para la campaña.
Fuente: Vacaflor.obolog.com