Factores estructurales, alta inflación y el entorno internacional limitan el repunte económico esperado.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha ajustado a la baja su proyección de crecimiento económico para América Latina y el Caribe en 2025, situándola en un 2%, frente al 2,5% estimado anteriormente. Este recorte se atribuye principalmente a la contracción esperada en la economía mexicana y a las crecientes tensiones comerciales globales. Bolivia, por su parte, mantiene una proyección de crecimiento del 2,2%, aunque por debajo del promedio regional.
En su informe actualizado de Perspectivas de la Economía Mundial, el FMI señala que la economía de América Latina y el Caribe enfrentará desafíos significativos en 2025, con una tasa de crecimiento proyectada del 2%. Esta revisión a la baja desde el 2,5% estimado previamente se debe en gran medida a una contracción prevista del 0,3% en la economía mexicana, afectada por aranceles impuestos por Estados Unidos y una actividad económica más débil de lo esperado a finales de 2024 y principios de 2025.
Además de México, otras economías de la región también verán ajustes en sus proyecciones. Brasil, la mayor economía de América Latina, verá su crecimiento desacelerarse al 2,0%, mientras que Colombia y Chile tendrán tasas de crecimiento del 2,4% y 2,0%, respectivamente. Perú se proyecta con un crecimiento del 2,8%.
Impacto en Bolivia y la región andina
Para Bolivia, el FMI mantiene su proyección de crecimiento económico en 2,2% para 2025, una ligera mejora respecto al 1,6% estimado para 2024. Sin embargo, esta cifra sigue estando por debajo del promedio regional y de las expectativas del gobierno boliviano, que anticipa un crecimiento del 3,51% según el Presupuesto General del Estado 2025.
Analistas locales señalan que factores internos, como la incertidumbre política y desafíos estructurales en el modelo económico, podrían limitar el crecimiento del país. Además, las condiciones externas, como las tensiones comerciales globales y el endurecimiento de las condiciones financieras, podrían afectar negativamente las perspectivas económicas de Bolivia y otros países andinos.
A nivel mundial, el FMI ha reducido su previsión de crecimiento económico para 2025 al 2,8%, frente al 3,3% estimado anteriormente. Este ajuste refleja los impactos negativos de la guerra comercial impulsada por Estados Unidos, caracterizada por la imposición de aranceles elevados a nivel mundial.