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Encuentro empresarial de noviembre en Santa Cruz marca la ruta económica del nuevo Gobierno boliviano

Encuentro empresarial de noviembre en Santa Cruz marca la ruta económica del nuevo Gobierno boliviano

El presidente electo Rodrigo Paz ha convocado para el 7 de noviembre de 2025 un “Encuentro Empresarial” en Santa Cruz de la Sierra con actores nacionales e internacionales del sector privado, como parte de la agenda de reactivación productiva y apertura de Bolivia hacia la inversión.

En los días previos a su toma de posesión, programada para el 8 de noviembre de 2025, Rodrigo Paz ha intensificado contactos con el sector productivo en distintas regiones del país. En la ciudad de El Alto, el 4 de noviembre sostuvo un encuentro con micro, medianos y grandes productores a quienes extendió la invitación al evento de Santa Cruz de la Sierra. Para el efecto, informó que se espera la asistencia de más de 1.500 empresarios e inversores internacionales. El objetivo declarado es “poner a Bolivia en el mundo y que el mundo venga a Bolivia”.

Este llamado se produce en un momento económico complejo para el país. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Bolivia cerraría 2025 con una inflación proyectada de 20,8 % y un crecimiento regional muy moderado de 0,6 %. Además, organismos como el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) advierten que el modelo económico vigente está “agotado”, debido a déficits fiscales persistentes y reservas internacionales exiguas.

Análisis macroeconómico

El llamado al sector empresarial por parte del nuevo Gobierno plantea un viraje hacia la inversión privada y la integración internacional como ejes de política económica. En un contexto de crecimiento muy reducido, con proyección del 0,6 % para 2025 según el FMI, y elevada inflación, el reto del equipo que acompañará a Paz es revertir la pérdida de dinamismo productivo.

Sin embargo, el éxito de esta agenda dependerá de la capacidad de atraer capitales externos, aumentar la disponibilidad de divisas y generar condiciones de estabilidad jurídica y macroeconómica. Los problemas acumulados como escasez de dólares, crisis de combustible y reservas externas limitadas constituyen cuellos de botella estructurales. En este sentido, la convocatoria empresarial funciona también como una señal de credibilidad hacia los mercados.

Relaciones internacionales

El encuentro en Santa Cruz se enmarca dentro de un esfuerzo mayor de Paz por reactivar vínculos con organismos multilaterales y actores globales. Durante su reciente visita a Estados Unidos y Panamá, anunció negociaciones por un crédito de aproximadamente 3.100 millones de dólares con la Corporación Andina de Fomento (CAF) para el desarrollo productivo, aunque los detalles aún están por confirmarse. También se han señalado conversaciones con la CAF, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el FMI para asistencia técnica y financiamiento. Esta orientación internacional es clave para respaldar la agenda de inversión y exportaciones que el Gobierno impulsa.

Efectos para Bolivia y la región

Para los empresarios bolivianos, especialmente los de manufactura, agroindustria y servicios, la convocatoria representa una oportunidad para presentar propuestas, asegurar compromisos de inversión y participar en líneas de apoyo orientadas al sector productivo. A su vez, para la economía regional andina y sudamericana, una mayor integración de Bolivia al comercio y al capital internacionales podría dinamizar las redes de abastecimiento y exportación en la región.

Sin embargo, la magnitud del desafío es grande: si no se logra revertir la falta de dólares, el abastecimiento energético y elevar la productividad exportadora, el impacto podría limitarse a anuncios sin transformación real. Más aún, en un contexto donde Bolivia registra uno de los menores crecimientos de la región, el éxito del nuevo curso dependerá de rapidez y claridad en los compromisos.

El encuentro empresario del 7 de noviembre en Santa Cruz propone marcar el punto de partida de un nuevo ciclo económico en Bolivia, basado en inversión privada y apertura internacional. No obstante, la crisis macro-económica heredada exige más que palabras: requiere acciones concretas, respuesta rápida a la escasez de divisas y estímulo productivo que genere exportaciones. Si el Gobierno logra alinear credibilidad, financiamiento y reformas estructurales, la iniciativa podría ser una base sólida; de lo contrario, el gesto empresarial podría quedar en provecho limitado.