728 x 90

El calvario para crear y ser empresario formal en Bolivia

El calvario para crear y ser empresario formal en Bolivia

Se debe concretar 14 pasos en diferentes instituciones La travesía de crear una empresa legal en Bolivia Negocio. Un emprendedor necesita más de 1.000 horas al año para cumplir sus obligaciones tributarias. Las Pymes son las más perjudicadas por la burocracia. Sábado,  15 de Abril, 2017 Ref. Fotografia: Sector. Las Pymes señalan que tropiezan con los balaces impositivos

Se debe concretar 14 pasos en diferentes instituciones
La travesía de crear una empresa legal en Bolivia
Negocio. Un emprendedor necesita más de 1.000 horas al año para cumplir sus obligaciones tributarias. Las Pymes son las más perjudicadas por la burocracia.
Sábado,  15 de Abril, 2017

La-travesia-de-crear-una--empresa-legal-en-Bolivia

Ref. Fotografia: Sector. Las Pymes señalan que tropiezan con los balaces impositivos por falta de capacitación, por lo que son multados con frecuencia.

Los emprendedores que quieren constituirse como una empresa legalmente establecida en Bolivia tienen que concretar 14 pasos burocráticos en diferentes instituciones para contar con todos los «papeles en orden». Es así que estas trabas burocráticas desincentivan a la formalización, principalmente a las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes), ya que no cuentan con los suficientes recursos económicos, por ello sugieren la creación de una ventanilla única.

14 pasos y más de mil horas por año. Ronald Nostas, presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), afirmó que en el país se necesitan 14 pasos para abrir una empresa, mientras que en Perú y Colombia son solo 6, en Chile 7, en Uruguay 5 y en Paraguay 7, estando Bolivia solo por encima de Venezuela, donde hacen falta 20 trámites para ese objetivo. Es así que en América Latina el promedio es de 8,3 pasos y en los países desarrollados 4,7. También comentó que al no existir unidad administrativa en el Estado, cada institución es un compartimento estanco amparada en las normas de su creación, por lo que tienen capacidad para crear trámites y modificarlos discrecionalmente, incluso cuando llega otra autoridad. Agregó que otro gran problema es la inexistencia de expedientes únicos de cada administrado, lo que obliga a duplicar trámites de registros en cada institución.

«Una persona que quiere abrir una empresa en Bolivia, necesita hacer trámites en la notaría, Impuestos Internos, Fundempresa, Sistema Financiero, alcaldía, Ministerio de Trabajo, Caja de Seguro, AFP, entre otros, además debe hacer trámites especiales según el tipo de negocio que quiera emprender. Además, no se presume la buena fe de quien inicia un trámite y muchas veces las entidades piden que terceros certifiquen las declaraciones, lo que suma los procedimientos. Otro aspecto no menos importante, es que los medios para informar los requisitos, están desactualizados o simplemente no están disponibles. Las personas deben asistir, en primer lugar, a la institución para averiguar los requisitos o verificar si no han cambiado, lo que incrementa el tiempo que debe dedicar a este objetivo», explicó Nostas.

En este marco, indicó que la apertura de una empresa es solo el principio, porque  una vez constituida, las empresas ingresan en un enmarañado de trámites, procedimientos y requisitos complejos que muchas veces necesitan especialistas y asesores para no incurrir en faltas que implicarían sanciones.

«Tan solo como ejemplo, en Bolivia se necesitan 1.025 horas por año para cumplir obligaciones tributarias, mientras que en Colombia solo se necesitan 239, en Chile 293, en Perú 291 y en Uruguay 321. Por año las empresas bolivianas deben hacer alrededor de 42 pagos a alguna entidad del Estado, entre impuesto a las ganancias o utilidades, aportes laborales y otros impuestos. En comparación, Chile solo demanda 7 pagos, Ecuador 8 y Argentina 9.  Es evidente que esta tendencia tan compleja e irracional es una de las principales causantes de la informalidad», dijo.

Por último, resaltó la desmotivación que significa esto en los emprendedores, siendo la agilización en los trámites un desafío como país. «Los emprendedores que quieren iniciar una empresa, fácilmente se ven intimidados e incluso perjudicados por la cantidad de tiempo y recursos que deben perder realizando trámites en oficinas caracterizadas por el maltrato, la ineficiencia y la burocracia. Romper esa mentalidad es uno de los más grandes desafíos que tenemos», finalizó Nostas.

Se debe pasar por seis instituciones. Por su parte, Reynaldo Cabezas, asesor empresarial de la Cámara Departamental de la Pequeña Industria y Artesanía (Cadepia), explicó que para constituirse como una empresa formal se debe seguir los siguientes pasos: en primera instancia hay que registrarse y sacar su matrícula de comercio en Fundempresa, que demora solo 24 horas; el segundo paso es sacar el Número de Identificación Tributaria (NIT) en el Sistema de Impuestos Nacionales (SIN) para poder facturar; el tercer paso es tramitar el permiso en la alcaldía municipal y donde Cadepia ha identificado que la ficha ambiental se ha convertido en un «cuello de botella» para las empresas, toda vez que demora de una a varias semanas perjudicando el avance de los demás trámites; posteriormente se debe afiliar a la caja de salud para cubrir cualquier accidente; el quinto paso es la afiliación en una Administradora de Fondos de Pensiones (AFP) a largo plazo para poder jubilar al trabajador; y el último paso es llevar todos los documentos mencionados al Ministerio del Trabajo para obtener el Registro Obligatorio del Empleador (ROE) y así entregar las planillas trimestrales.

Cabezas indica que teniendo toda esta documentación, certificados, permisos y licencias, recién se podrá operar de forma legal y sin ningún temor a ser sancionado con una multa. Por ello, considera que se debería crear una «Ventanilla Única» para agilizar y reducir drásticamente toda la tramitología, además señala que es una forma de incentivar a la legalización, porque actualmente muchas nuevas empresas tropiezan con estas trabas y optan por estar en la informalidad.

«Las Pymes en su mayoría están constituidos por el propietario, su entorno familiar y algunos trabajadores. Así empiezan a diferencia de una Sociedad de Responsabilidad Limitada (SRL) o Sociedad Anónima (SA) que para la constitución legal de la empresa contratan a un abogado, administrador o contador para poner en orden los papeles. Entonces, ellos ya tienen personal especializado para velar por los intereses de la empresa, los Pymes no tienen eso y recién cuando generan algo de excedente optan por contratar estos profesionales. El hecho que no haya una Ventanilla Única desincentiva», dijo Cabezas.

Cadepia realiza una vez al mes la capacitación de sus afiliados para la formalización de sus empresas con el fin de evitar multas.

El experto afirma que Bolivia está rezagada a comparación de países de primer mundo en la formalización de empresas, mientras que en la región no estamos mejor pero tampoco en la cola. «Debe existir incentivos para los emprendedores y no trabas que los desanimen a producir», dijo.

Piden mayor capacitación en temas impositivos. Por su parte, Javier Challapa, presidente de la Federación de la Micro y Pequeña Empresa (Fedemype), afirmó que una vez legalizadas las empresas en su sector atraviesan por la dificultad para realizar los balances impositivos, situación que ha acarreado en multas de hasta 1.000% al valor original. Por ello, piden que se realicen talleres de capacitación, toda vez que no cuentan con los recursos para contratar contadores.

«Pensábamos que el problema eran los impuestos, pero ahora vemos que el problema viene de la falta de apoyo al sector en su formación, nuestro sector tiene muchos afiliados que incluso no son ni bachilleres, entonces por los errores que cometen en temas impositivos, hay multas del 100% y hasta 1.000%, por llenar mal un formulario, por cumplir con los plazos. Por eso necesitamos las capacitaciones», dijo Challapa a tiempo de añadir que gran parte de los 1.500 afiliados y las 5.000 unidades productivas de Santa Cruz atraviesan esos problemas.

De acuerdo al estudio Doing Business 2016, realizado por el Banco Mundial, que mide con indicadores cuantitativos las regulaciones que ayudan a la actividad empresarial o que la restringen, de un total de 189 economías de todo el mundo, Bolivia ocupó el puesto 157, es decir que el país se encuentra entre los 32 países del mundo donde es más difícil ser empresario y tener un negocio formal. Mientras que los vecinos Chile y Perú ocuparon los puestos 48 y 50 respectivamente.

Según el estudio, las áreas que se clasifican y que permiten ver si es fácil o no hacer negocios en un determinado país son: apertura de una empresa, manejo de permisos de construcción, obtención de servicios básicos, registro de propiedad, obtención de crédito bancario, protección de los inversionistas, pago de impuestos, cumplimiento de contratos, regulación del mercado laboral y otros.

«El hecho que no haya una ventanilla única es un desincentivo, porque las Pymes no cuentan con personal especializado para realizar los trámites, balances y otros»

Reynaldo Cabezas
Asesor Empresarial de Cadepia

«Los países con políticas que buscan transparentar, facilitar y viabilizar la apertura de empresas son los que muestran más altos niveles de bienestar, condiciones laborales más justas y crecimiento sostenido»

Ronald Nostas
Presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia


Hasta febrero de 2017
Base empresarial creció un 4%

Perjuicio. Según el reporte estadístico de Fundempresa hasta febrero de 2017, la base empresarial registrada en Bolivia asciende a 286.652 empresas, teniendo un crecimiento del 4% desde febrero de 2016.

Asimismo, el departamento de La Paz cuenta con la mayor base empresarial con 89.098 empresas  y le sigue Santa Cruz con 81.420 empresas, aunque cabe aclarar que el departamento cruceño tuvo un mayor crecimiento que la Sede de Gobierno con un 6%.

De igual forma, se mantiene el mayor número de empresas unipersonales, siendo el mayor tipo de negocio en el país con 228.864, le sigue la Sociedad de Responsabilidad Limitada (SRL) con 53.588 empresas y las Sociedad Anónima (SA) que tiene 3.362 empresas registradas. En este marco, las empresas unipersonales representan el 80% del total de la base empresarial en Bolivia.

Por último, la venta por mayor y menor; reparación de vehículo y motocicletas es la actividad más numerosa registrada en Fundempresa.

Según la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), el país se encuentra entre los últimos de la región en facilitar la creación de nuevas empresas, solo por encima de Venezuela, perjudicando la formalización del sector.

Punto de vista

Germán Molina
Economista

«Las trabas para la formalidad de una empresa se viene arrastrando desde el siglo XX y ha empeorado»

El tema de la formalización en Bolivia implica muchos aspectos, desde el institucional, económico y el clima de inversiones. En el primer punto hay muchos procedimientos que se piden para que los empresarios puedan iniciar su negocio, incluso llega a durar meses. Pero esto viene desde el siglo XX y en los últimos años se ha acentuado, bajo el argumento que se debe controlar la inversión.

En el segundo punto, Bolivia actualmente es atractivo para las inversiones extranjeras, incluso para explotar en el caso de la minería de manera intensiva, las restricciones ambientales no son muy duras pero en el tema de impuestos ataja esto, ya que son muy elevados. En tercer lugar el subempleo y la informalidad ha ido aumentado, porque los empleos formales no logran cubrir estos puestos, porque las leyes laborales son un cuello de botella, existe una total sobreprotección al empleado, entonces los empleadores tienen que ajustar sus planillas.

Todo esto hace que nuestros costos laborales sean más elevados frente a otros países, haciendo que la informalidad se incremente, porque muchos profesionales pasan meses sin encontrar una fuente laboral, por lo que se dedican a la economía informal, ya sea el comercio, transporte público o instalación de pequeñas empresas unipersonales en los rubros de alimentos.

El sector formal no está creando puestos de trabajo para absorber a los profesionales, entonces si se quisiera eliminar la informalidad sin dar otra opciones habría una grave crisis.

Tomado de El Día