La falta de diésel y gasolina ha reducido a la mitad las operaciones mineras en el país, afectando tanto a empresas estatales como privadas
La industria minera boliviana enfrenta una crisis sin precedentes debido a la escasez de combustibles, según informó el ministro de Minería y Metalurgia, Alejandro Santos. Esta situación ha provocado una disminución del 50% en la producción, impactando significativamente en la economía nacional.
Santos explicó que la falta de diésel y gasolina ha afectado tanto a empresas privadas como estatales, reduciendo sus operaciones a la mitad. «Hemos tenido percances en la producción de hidrocarburos. Es cierto que ha faltado este material tan importante; el diésel y la gasolina. Al 50% ha rebajado el trabajo en las privadas y también en las públicas», declaró el ministro en conferencia de prensa.
La Federación Nacional de Cooperativas Mineras (Fencomin) emitió un ultimátum de 72 horas al gobierno para resolver la problemática del combustible, advirtiendo con tomar medidas de presión si no se encuentra una solución. En respuesta, Santos convocó a los representantes de Fencomin a una reunión para abordar la crisis y buscar soluciones conjuntas.
Impacto en la producción aurífera y medidas gubernamentales
La producción aurífera ha sido una de las más afectadas por la escasez de combustible. El ministro Santos reconoció que las labores en los centros mineros han disminuido considerablemente, pero aseguró que se están tomando medidas para revertir la situación. «Vamos a subir del 50% al 80%, y de ahí vamos a subir al 100% la producción para que se normalice», afirmó. El gobierno ha propuesto la posibilidad de que el sector minero importe combustibles a precios internacionales, sin subvención, pero con la logística de Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB). Esta medida busca garantizar el suministro necesario para reactivar las operaciones mineras en el país.
La escasez de combustible no solo ha afectado la producción minera, sino que también ha generado tensiones entre el gobierno y los sectores productivos. La falta de diésel, esencial para la maquinaria pesada y el transporte en zonas mineras, ha paralizado parcialmente operaciones en regiones como Potosí y Oruro.
Mientras el gobierno trabaja en soluciones a corto plazo, como la importación de combustibles, el sector minero enfrenta el desafío de recuperar su capacidad operativa y mitigar las pérdidas económicas derivadas de esta crisis. La colaboración entre el Estado y los actores mineros será crucial para superar esta coyuntura y fortalecer la resiliencia del sector ante futuras contingencias.