El Puerto de Chancay, ubicado a 80 kilómetros al norte de Lima, está diseñado para convertirse en un nodo estratégico del comercio marítimo entre Sudamérica y Asia. El proyecto, liderado por la empresa china COSCO Shipping, incluye la construcción de un túnel subterráneo de 1,8 kilómetros que conectará el puerto con sus centros logísticos, facilitando el movimiento de mercancías con mayor rapidez y menor impacto ambiental. Se espera que este puerto maneje hasta un millón de contenedores anuales en su fase inicial, prevista para 2025.

Impacto económico regional

El Puerto de Chancay busca descongestionar el tráfico del puerto del Callao y mejorar la conectividad de Sudamérica con Asia, consolidando la influencia de China en la región. Este megaproyecto responde a la creciente demanda de exportaciones hacia mercados asiáticos y a la estrategia china de expandir su presencia económica global.

No obstante, expertos advierten que esta iniciativa podría generar una competencia desigual entre los países sudamericanos, favoreciendo a aquellos con mayores capacidades logísticas e industriales. Para Bolivia, este escenario plantea la necesidad de diversificar su matriz productiva y modernizar su infraestructura logística, clave para posicionarse en un mercado cada vez más competitivo.

El reto de la integración comercial

El Puerto de Chancay redefine las dinámicas comerciales en Sudamérica, ofreciendo tanto ventajas como riesgos. Bolivia tiene ante sí la oportunidad de integrarse más activamente en estas nuevas rutas comerciales, pero deberá afrontar retos estructurales y negociar estratégicamente para maximizar los beneficios. En un mundo donde la velocidad y la eficiencia definen la competitividad, el Puerto de Chancay se perfila como un aliado potencial, siempre que los países logren consolidar su posición en el nuevo panorama económico regional.