El acuerdo bilateral busca desarrollar proyectos conjuntos en áreas estratégicas, impulsando la industrialización de minerales tecnológicos en Bolivia.
Bolivia e Irán han firmado un acuerdo de cooperación para la exploración y explotación de tierras raras en los departamentos de Cochabamba y Santa Cruz. Este convenio incluye intercambio tecnológico, desarrollo conjunto de proyectos mineros y capacitación de personal boliviano en el manejo de estos minerales estratégicos.
El viceministro de Minerales Tecnológicos y Desarrollo Productivo Minero Metalúrgico de Bolivia, informó que el acuerdo abarca la cooperación científica y técnica, permitiendo la participación de empresas iraníes en proyectos de inversión conjunta. Las áreas específicas de interés son Ayopaya, en Cochabamba, con 16.000 hectáreas, y el cerro Manomó, en Santa Cruz, que abarca 12.500 hectáreas.
Bolivia posee más de 17 variedades de tierras raras, elementos esenciales en la fabricación de tecnologías avanzadas como baterías de vehículos eléctricos y dispositivos electrónicos. Los principales yacimientos se encuentran en Cochabamba, Potosí y Santa Cruz. En particular, el cerro Manomó ha revelado la presencia de 18 minerales raros, según datos del Ministerio de Minería y Metalurgia. La colaboración con Irán se enmarca en la estrategia boliviana de industrializar sus recursos naturales, evitando la simple exportación de materias primas. Este acuerdo podría facilitar la transferencia de tecnología y conocimientos necesarios para el procesamiento y valorización de las tierras raras, agregando valor a la cadena productiva nacional.
Sin embargo, la explotación de tierras raras presenta desafíos significativos. A nivel global, la extracción y procesamiento de estos minerales han generado preocupaciones ambientales debido a los residuos tóxicos y la degradación de ecosistemas. Es esencial que Bolivia implemente regulaciones estrictas y adopte tecnologías limpias para minimizar el impacto ambiental y garantizar la sostenibilidad de las operaciones.
Además, la participación de las comunidades locales en la toma de decisiones es fundamental para asegurar que los beneficios económicos se distribuyan equitativamente y se respeten los derechos de las poblaciones afectadas. La experiencia internacional ha demostrado que la falta de consulta y compensación adecuada puede derivar en conflictos sociales y resistencia a los proyectos mineros.
La alianza entre Bolivia e Irán representa una oportunidad significativa para el desarrollo económico del país, siempre que se aborden de manera efectiva los desafíos ambientales y sociales inherentes a la explotación de tierras raras. Con una gestión responsable y sostenible, Bolivia podría consolidarse como un proveedor clave de minerales estratégicos en el mercado internacional.