El índice EMBI de JP Morgan sitúa a Bolivia como la segunda economía más riesgosa de América Latina, solo detrás de Venezuela, reflejando una creciente desconfianza de los inversores internacionales.
En abril de 2025, Bolivia ha registrado su nivel más alto de riesgo país en lo que va del año, alcanzando los 2.190 puntos básicos según el índice EMBI de JP Morgan. Este incremento posiciona al país como el segundo con mayor riesgo en América Latina, superado únicamente por Venezuela, y evidencia una creciente preocupación de los mercados internacionales sobre la estabilidad económica y financiera boliviana.
Aumento del riesgo país y sus implicaciones
El riesgo país es un indicador clave que mide la percepción de los inversores sobre la capacidad de un país para cumplir con sus obligaciones financieras. Un nivel elevado, como el que actualmente presenta Bolivia, implica mayores costos de financiamiento y una menor atracción de inversiones extranjeras.
Según informes recientes, Bolivia ha experimentado un aumento del 20% en su riesgo país en lo que va del año, alcanzando los 2.190 puntos básicos . Este nivel supera ampliamente al de otros países de la región, como Argentina, que ha logrado reducir su riesgo país a 579 puntos básicos .
Factores que contribuyen al aumento del riesgo
Diversos factores han contribuido al deterioro del perfil de riesgo de Bolivia. Entre ellos se encuentran la disminución de las reservas internacionales, la escasez de divisas, una inflación persistente y un déficit fiscal creciente. Estos elementos generan incertidumbre sobre la capacidad del país para cumplir con sus compromisos financieros y mantener la estabilidad macroeconómica. Además, la percepción de inestabilidad política y la falta de reformas estructurales han mermado la confianza de los inversores. La ausencia de medidas concretas para mejorar la transparencia fiscal y fortalecer las instituciones económicas también ha sido señalada como una preocupación por analistas internacionales.
El elevado riesgo país tiene consecuencias directas en la economía boliviana. Las empresas enfrentan mayores costos para acceder a financiamiento, lo que puede limitar la inversión y el crecimiento económico. Asimismo, el gobierno podría encontrar dificultades para colocar deuda en los mercados internacionales a tasas razonables.
A nivel regional, Bolivia se encuentra en una posición vulnerable en comparación con países como Chile y Perú, que mantienen riesgos país significativamente más bajos. Esta situación podría afectar la competitividad del país y su capacidad para atraer inversiones en un contexto global cada vez más exigente.