Anapo alerta sobre pérdidas millonarias y riesgos para la seguridad alimentaria debido a restricciones gubernamentales y escasez de combustible.
La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) ha solicitado al Gobierno de Bolivia levantar la prohibición de exportar soya, vigente desde el 1 de enero de 2025. La medida, junto con la escasez de combustible, amenaza con pérdidas de $us 1.500 millones y pone en riesgo la seguridad alimentaria del país.
Impacto de las restricciones en el sector
Fernando Romero, presidente de Anapo, destacó que la prohibición de exportaciones afecta a más de 14.000 productores, quienes destinan el 60% de su producción al mercado externo, conforme al Decreto 3920. Sin la posibilidad de exportar, se dificulta la obtención de divisas necesarias para importar insumos y combustible, elementos esenciales para la producción agrícola.
La falta de acceso a mercados internacionales no solo compromete los ingresos de los productores, sino que también desincentiva la siembra de la campaña de invierno, lo que podría agravar la crisis económica y afectar la disponibilidad de alimentos en el mercado interno.
Escasez de combustible y su repercusión en la cosecha
La crisis se ve exacerbada por la escasez de diésel, indispensable para la recolección de aproximadamente 2,5 millones de toneladas de soya y 600.000 toneladas de maíz. Anapo estima que se requieren al menos 2,5 millones de litros diarios de diésel para estas labores; sin embargo, el suministro actual es insuficiente.
A pesar de los anuncios oficiales que priorizan al sector agropecuario en la distribución de combustible, los productores reportan que estas promesas aún no se han materializado, lo que retrasa las labores de cosecha y aumenta la incertidumbre en el sector.
Situación económica y política en Bolivia
La economía boliviana enfrenta una crisis marcada por la escasez de dólares, inflación y problemas en el sector energético. La disminución de las exportaciones de gas natural ha reducido las reservas de divisas, afectando la capacidad del país para importar combustibles y otros bienes esenciales. Además, el país atraviesa una inestabilidad política debido a las fracturas internas en el partido de gobierno, el Movimiento al Socialismo (MAS), lo que complica la implementación de políticas efectivas para enfrentar la crisis económica.
La situación actual exige acciones inmediatas por parte del Gobierno para evitar una profundización de la crisis. La liberación de las exportaciones de soya y la garantía de suministro de combustible son medidas esenciales para estabilizar el sector agrícola y asegurar la seguridad alimentaria en Bolivia. La colaboración entre el sector público y privado será crucial para superar los desafíos económicos y políticos que enfrenta el país.