Bolivia pierde impulso turístico por conflictos sociales que interrumpen viajes, estancias y servicios clave en todo el país.
El conflicto social frena el dinamismo económico del turismo
Los recientes bloqueos de carreteras en Bolivia han tenido un efecto inmediato y severo sobre la actividad económica turística. Según datos oficiales del Viceministerio de Turismo, en solo nueve días de interrupciones viales, el país ha perdido aproximadamente Bs 33,1 millones en ingresos por turismo, lo que equivale a más de Bs 3,7 millones diarios. Las cancelaciones de viajes y reservas, así como la interrupción de servicios complementarios, han dejado a uno de los sectores más sensibles de la economía en situación crítica.
De los 161.000 desplazamientos interdepartamentales que no se concretaron durante el conflicto, al menos 44.000 tenían un propósito turístico. Estos movimientos generan normalmente una cadena de ingresos en transporte, hospedaje, gastronomía, actividades recreativas y consumo general, especialmente en destinos como Santa Cruz, La Paz, Cochabamba, Uyuni o el Lago Titicaca.
Caída en ingresos y parálisis de servicios turísticos
El impacto se ha manifestado en diversos niveles de la cadena económica. Empresas de transporte terrestre dejaron de operar rutas clave debido a los bloqueos en puntos estratégicos del país, mientras que hoteles y alojamientos han reportado cancelaciones masivas y caídas en la ocupación. Este efecto dominó también afectó al empleo eventual en turismo, un rubro con alta informalidad y dependencia de temporadas de alta demanda.
Asimismo, operadores turísticos, guías certificados y pequeñas agencias han reportado pérdidas por la suspensión de recorridos planificados, tanto nacionales como internacionales. La Cámara Boliviana de Turismo y la Asociación Boliviana de Turismo Receptivo advirtieron que las constantes interrupciones dañan no solo la economía del sector, sino la imagen internacional de Bolivia como destino estable y confiable.
Advertencias sobre la sostenibilidad económica del sector
El viceministro de Turismo, Hiver Flores, hizo un llamado urgente al diálogo, alertando que el sostenimiento de estas medidas podría generar efectos estructurales sobre una industria que representa una fuente clave de empleo y divisas, especialmente en regiones alejadas donde el turismo es uno de los principales motores económicos.
El funcionario también enfatizó que, tras los efectos acumulados por la pandemia y la inflación global, el turismo en Bolivia se encontraba en una etapa de lenta recuperación, con expectativas positivas para la temporada alta. Sin embargo, la persistencia de bloqueos y protestas amenaza con revertir ese avance y prolongar la parálisis de inversiones en infraestructura turística y servicios asociados.
Mientras el país busca diversificar sus fuentes de ingreso en un contexto económico desafiante, la parálisis del turismo representa una pérdida directa de dinamismo económico regional, además de un deterioro de la confianza en el entorno de negocios vinculado a la movilidad interna y el consumo turístico.