El debilitamiento de las reservas auríferas refleja decisiones de política económica que, en lugar de fortalecer la posición externa del país, la vuelven más dependiente de condiciones volátiles.
Las reservas de oro del Banco Central de Bolivia (BCB) se redujeron a 22,5 toneladas, el nivel más bajo en la historia reciente, en contraste con el aumento de tenencias por parte de los bancos centrales internacionales, según informes oficiales.
El 22 de abril, el precio del oro alcanzó un récord histórico de US$ 3.454 por onza troy, impulsado por tensiones geopolíticas, el debilitamiento del dólar y estrategias de reserva global. En este contexto, países como China y miembros de la Unión Europea aumentaron sus reservas: China amplió su tenencia por quinto mes consecutivo y Europa sumó 46,7 toneladas, hasta totalizar 1.334 toneladas desde principios de 2025.
Sin embargo, Bolivia registra la tendencia opuesta. Tras la aprobación de la Ley del Oro en 2023 que permite al BCB comprar oro para refinar y vender en el exterior, las reservas cayeron a un mínimo de 22,5 toneladas, nivel crítico para las Reservas Internacionales Netas.
Entre enero y abril de 2025, el BCB adquirió 4,94 toneladas de oro en el mercado interno, acumulando 23,57 toneladas desde que entró en vigencia la nueva ley. De éstas, 18,58 toneladas están depositadas en bancos del exterior, 0,97 en bóvedas nacionales y 2,95 en tránsito al exterior para su refinación. No obstante, buena parte del oro se destinó a financiar gasto público, incluidas importaciones de combustibles y pago de deuda. El economista Fernando Romero señala que al menos 33 toneladas no fueron repuestas, lo cual redujo sustancialmente las reservas, a pesar del aumento en el precio del metal .
Desafíos normativos y operativos
La gestión de la ley del oro también enfrenta limitaciones operativas. Del total de cooperativas auríferas, solo un 15 % cuenta con licencia ambiental para vender al BCB, lo que restringe el abastecimiento legal. Además, se estima que existe un contrabando significativo, incentivado por la limitada supervisión pública y la brecha arancelaria con países vecinos.
Con 22,5 toneladas, Bolivia se posiciona en el séptimo lugar en reservas de oro en América Latina, lejos de líderes como Venezuela 161,2 t o Brasil 129,7 t . Esta disminución amenaza la estabilidad de las reservas internacionales y condiciona la capacidad del país para responder a crisis externas.
