El repliegue de buques millonarios a raíz de ataques señala el riesgo real que Irán representa para el comercio global de crudo.
Dos de los mayores petroleros del mundo, capaces de transportar cerca de dos millones de barriles, revirtieron su trayectoria en el estrecho de Ormuz tras ataques aéreos de Estados Unidos contra instalaciones nucleares iraníes, en una señal clara de tensión creciente al corazón del comercio petrolero global.
Girolandia: el impacto inmediato en buques y rutas comerciales
Según datos de seguimiento recopilados por Bloomberg, los superpetroleros Coswisdom Lake y South Loyalty entraron al estrecho de Ormuz el domingo 22 de junio, pero abortaron la travesía y pusieron dirección sur, alejándose de la desembocadura del golfo Pérsico. Este comportamiento, aunque aún dentro de patrones normales, evidencia un cambio de rumbo inédito en respuesta a la creciente vulnerabilidad regional.
La alerta fue respaldada por una notificación oficial del Ministerio de Transporte Marítimo de Grecia, que recomendó a sus embarcaciones – ante la amenaza latente – buscar refugio en puertos seguros hasta que cese la tensión
Contexto geopolítico y riesgo inminente
Irán mantiene abierta la posibilidad de cerrar el estrecho de Ormuz como represalia, una ruta por donde transita casi una quinta parte del petróleo mundial. Aunque un cierre total es considerado un escenario extremo, podría disparar los precios del petróleo entre 70 % y 100 %, según analistas de JPMorgan & Co.
Mientras tanto, los ataques a instalaciones nucleares iraníes han provocado interferencias en señales GPS de embarcaciones (aproximadamente 1.000 buques por día) y elevan la alarma por posibles ataques con drones, minas o maniobras agresivas contra navíos comerciales.
Mercados en modo refugio y logística en tensión
Las tensiones incitan a los mercados a buscar activos seguros: el dólar se fortalece y los futuros del crudo Brent han subido más del 5 %, acercándose a los 81 USD por barril. A la espera de una posible respuesta iraní más intensa, algunos bonos gubernamentales también ganan valor como refugio.
El peligro de interrupciones en la cadena logística global ha llevado a aerolíneas como British Airways y Singapore Airlines a suspender rutas sobre el Golfo Pérsico, lo que añade presión al tráfico aéreo regional