Aumento de la mora y escasez de divisas ponen a prueba la estabilidad financiera del país.
El sistema financiero de Bolivia cerró el año 2024 con una tasa de mora del 3,2%, según datos de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI). Aunque este índice es ligeramente inferior al promedio regional del 3,4%, refleja una tendencia al alza en comparación con años anteriores. La directora de la ASFI, Ivette Espinoza, destacó que, a pesar de este incremento, el sistema mantiene su solidez y estabilidad.
Los depósitos en el sistema financiero alcanzaron los Bs 230.289 millones, evidenciando un crecimiento del 5,2% respecto al año anterior. La Paz se posicionó como el departamento con mayor captación de depósitos, representando el 53% del total nacional, mientras que Santa Cruz lideró la colocación de créditos con Bs 86.551 millones, equivalente al 40% del total. Este dinamismo en la actividad crediticia y de depósitos es indicativo de una confianza sostenida por parte de los usuarios en el sistema financiero.
Sin embargo, el panorama económico general presenta desafíos significativos. Bolivia enfrenta una crisis económica multidimensional, caracterizada por 12 años consecutivos de déficit fiscal, una inflación acumulada del 8,82% en 2024 —la más alta en 16 años— y una escasez crítica de dólares. Estas condiciones macroeconómicas adversas han generado presiones adicionales sobre el sistema financiero, afectando tanto a prestatarios como a entidades crediticias.
La escasez de divisas ha impactado negativamente en el comercio exterior y en la capacidad de las empresas para cumplir con sus obligaciones financieras, lo que podría explicar el aumento en la mora crediticia. Además, la inflación ha erosionado el poder adquisitivo de los consumidores, dificultando el cumplimiento de sus compromisos crediticios. Expertos señalan que, sin ajustes inmediatos en la política económica y una estrategia clara para atraer inversiones y fortalecer las reservas internacionales, la crisis podría profundizarse, poniendo en riesgo la estabilidad del sistema financiero.
En respuesta a estos desafíos, las autoridades financieras han enfatizado la necesidad de implementar políticas estructurales que aborden los problemas fiscales y económicos de raíz. La directora de la ASFI subrayó la importancia de mantener la confianza en el sistema financiero y destacó los esfuerzos para promover la inclusión financiera y el acceso a servicios financieros formales de calidad. No obstante, la efectividad de estas medidas dependerá en gran medida de la capacidad del gobierno para estabilizar la economía y generar un entorno propicio para el crecimiento sostenible.