728 x 90

Reservas de gas de Bolivia se desploman 57 % en una década y obligan a redefinir el modelo energético

  • En Pais
  • 27 de octubre de 2025
Reservas de gas de Bolivia se desploman 57 % en una década y obligan a redefinir el modelo energético

Las reservas probadas de gas natural de Bolivia cayeron un 57 % en la última década, mientras que un nuevo pozo exploratorio, el Bermejo X46‑D, aparece como única esperanza para frenar el declive. El momento exige decisiones urgentes de política energética, inversión extranjera y diversificación productiva.

Reservas en caída, modelo en riesgo

El último informe financiero de YPFB, la empresa estatal boliviana de hidrocarburos, certificó que las reservas probadas de gas natural del país se situaron en 4,49 trillones de pies cúbicos (TCF) al cierre de 2023, lo que representa una pérdida de 5,96 TCF respecto al 10,45 TCF registrada en 2013. Esta caída del 57 % en una década marca uno de los retrocesos más graves del sector energético boliviano.
La contracción no solo afecta al sector energético, sino que tiene implicaciones directas en las cuentas nacionales: en 2014 el gas representaba cerca del 50 % de los ingresos del Estado, mientras que actualmente apenas supera el 20 %. 
Ante este escenario, se estima que sin descubrimientos relevantes el país podría convertirse en importador de gas hacia 2028, lo que alteraría profundamente su balanza de pagos, reservas internacionales y posición externa.

Pozo exploratorio Bermejo X46-D: esperanza emergente pero con plazos

En medio de este declive estructural, el descubrimiento del pozo Bermejo X46-D despierta expectativas. De acuerdo con los medios, este pozo podría convertirse en productor de gas natural relevante para Bolivia, lo que abriría una nueva fase de exploración e inversión. Sin embargo, aún se encuentra en evaluación y no se han divulgado públicamente volúmenes comerciales ni fechas de producción.
La puesta en marcha de este proyecto depende de que se cumplan los hitos técnicos, de infraestructura y de financiamiento, lo que implica que su impacto sobre la economía no será inmediato. Mientras tanto, el país sigue enfrentando una brecha creciente entre la producción declinante y los mercados de exportación que requieren volumen y continuidad.

Impacto macroeconómico y posición internacional

El agotamiento del motor gasífero del modelo boliviano implica una reducción drástica de divisas, lo que alimenta la escasez de dólares, debilita las reservas internacionales y restringe la capacidad de importación de combustibles e insumos. En el ámbito internacional, Bolivia ha perdido cuota frente a mercados como Brasil o Argentina, lo que incrementa su vulnerabilidad externa.
Países vecinos y mercados emergentes están transitando hacia modelos energéticos con diversificación, transición hacia renovables y mayor valor agregado en la industria extractiva. En contraste, Bolivia deberá ajustar su estrategia para recuperar credibilidad de inversores, captar capitales que permitan explorar nuevas cuencas y reforzar la cadena de valor interna para aprovechar no solo el volumen sino la calidad de sus bienes energéticos.
Este conjunto de factores evidencia que la crisis del gas no es solo un tema sectorial, sino un problema macroeconómico central que condiciona el crecimiento, el empleo y la estabilidad financiera del país.

La urgencia de una política energética integral

La magnitud del problema exige políticas públicas integradas que combinen exploración eficiente, alianzas estratégicas internacionales, modernización del marco regulatorio e incentivos a la inversión privada. Además, la diversificación hacia otros sectores de exportación, como minerales críticos, agroindustria o servicios tecnológicos, aparece como indispensable para compensar la caída del gas y construir un nuevo ciclo de crecimiento.
Para Bolivia, la ventana de acción es limitada: sin una respuesta rápida, la economía puede entrar en un período prolongado de estancamiento con implicaciones para el tipo de cambio, las reservas y la capacidad de inversión social y productiva.