Un profesor de la Facultad de Arquitectura de la UNAM utiliza plástico triturado, en lugar de arena, para la elaboración de concreto, lo que además de aportar al ambiente genera un material más flexible y que no es conductor de calor. En el mundo, el plástico más utilizado no es el tereftalato de polietileno (PET,
Un profesor de la Facultad de Arquitectura de la UNAM utiliza plástico triturado, en lugar de arena, para la elaboración de concreto, lo que además de aportar al ambiente genera un material más flexible y que no es conductor de calor.
En el mundo, el plástico más utilizado no es el tereftalato de polietileno (PET, por sus siglas en inglés), sino el polietileno de alta densidad (PEAD), con el que se fabrican tuberías para distribuir agua potable, envases de alimentos, detergentes, empaques para partes automotrices y moldes, entre otros.
En Bolivia no tenemos datos de cuántas toneladas de botellas de PET y bolsas se recoge a diario en la basura, pues muchas de ellas terminan en los ríos, bocacalles.
Eduardo Hernández, académico de la UNAM, emprendió una investigación para utilizar PEAD de consumo reciclado en lugar de arena en los concretos arquitectónicos.
“Por las propiedades del PEAD, que tiene mayor densidad y dureza que el PET o el policloruro de vinilo (PVC), busqué un proceso sencillo para incorporarlo al concreto; fue así como me percaté de que lo más conveniente era la trituración mecánica. Es un proceso primario que permite obtener partículas recicladas de polietileno de alta densidad de un tamaño óptimo para equipararlas con el agregado natural del concreto y adicionarlas a éste”.
Al incorporar plásticos a mezclas de concreto tienden a reducir sus factores de resistencia (compresión, flexotracción y tensión). No obstante, el combinado con PEAD cumplió normativamente con los valores de resistencia que establecen algunos reglamentos estructurales, es decir, su aplicación es viable.
El arquitecto produjo un material más flexible que el tradicional y, por si fuera poco, conforme se incrementa la cantidad de polietileno de alta densidad, se obtiene un insumo con una mayor conductividad y difusividad térmicas; esto significa que no capta el calor, sino que lo disipa, puesto que el plástico no es conductor.
A COLORES
Debido a las diversas tonalidades que presenta el PEAD, es posible fabricar un concreto con colores neutros como el blanco y el negro, o uno multicolor. En cuanto a sus aplicaciones, podría usarse en pavimentos para espacios públicos y ciclovías, por dar sólo dos ejemplos.
“En la ciudad de México hay una tendencia cada vez más fuerte a recuperar esa clase de sitios al aplicar concretos arquitectónicos. También, por ser un material más dúctil y con un mayor aislamiento térmico, se podría aplicar a prefabricados de fachadas envolventes”. Hernández ha obtenido resultados promisorios en cuanto a las propiedades de su material. Hoy, con una patente en proceso, se encuentra en un punto desde el cual ya puede dar los siguientes pasos, es decir, desarrollar diversos prototipos, acercarse a entidades públicas y privadas para que conozcan este recurso, y buscar que tanto su producción, como su aplicación real en el ámbito de la construcción, sea asequible.
Este concreto podría tener usos en países donde escasea la arena, como la India.
Investigaciones de la Universidad de Bath revelan que es posible reemplazar el 10 por ciento de la arena que requiere el concreto con residuos de plástico, lo que contribuye a reducir los desechos de plástico en la India y solucionar la escasez de este material necesario para la construcción. Al reemplazar la arena con partículas de plástico de desechos de tamaño similar y conformadas de las botellas de plástico trituradas, el concreto es casi tan resistente como el convencional.