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Personalismo, proteccionismo y polarización: los tres factores que definirán la economía en 2025

  • En Mundo
  • 5 de febrero de 2025
Personalismo, proteccionismo y polarización: los tres factores que definirán la economía en 2025

Tensiones geopolíticas, restricciones comerciales y liderazgos impredecibles marcan un año de incertidumbre

La economía global en 2025 estará determinada por tres tendencias clave: el fortalecimiento de liderazgos personalistas en grandes potencias, el auge del proteccionismo que limita el comercio y una creciente polarización política que afecta la estabilidad de mercados y gobiernos. Estas dinámicas, impulsadas por rivalidades geopolíticas y disputas económicas, podrían generar menor crecimiento, inflación persistente y mercados más volátiles.

Liderazgos personalistas y la incertidumbre en los mercados

El liderazgo personalista, caracterizado por la concentración de poder en figuras políticas con escaso contrapeso institucional, ha ganado terreno en países clave. En 2025, economías como Estados Unidos, China, Rusia, India y Brasil están marcadas por decisiones económicas cada vez más dependientes de la voluntad de sus mandatarios.

En Estados Unidos, la incertidumbre sobre las políticas económicas sigue afectando los mercados. Con un gobierno dividido y elecciones en el horizonte, las medidas fiscales y comerciales cambian según la presión política interna. Las negociaciones sobre el techo de la deuda y las políticas impositivas generan dudas en Wall Street, lo que se traduce en volatilidad bursátil y un dólar fluctuante.

En China, el enfoque de Xi Jinping en la autosuficiencia tecnológica y las restricciones a empresas extranjeras refuerzan la tendencia de una economía menos abierta. La represión de gigantes tecnológicos y el control estatal sobre el crecimiento económico afectan la confianza de los inversionistas, ralentizando la recuperación pospandemia.

En Rusia, el conflicto con Ucrania mantiene a la economía en modo de guerra, con un gasto militar elevado y sanciones occidentales que limitan su acceso a mercados financieros internacionales. Esto ha llevado a una mayor dependencia de China e India para la venta de petróleo y gas, alterando la dinámica de comercio energético global.

Proteccionismo y nuevas reglas del comercio global

El 2025 verá una escalada en el proteccionismo, con potencias como EE.UU. y la Unión Europea priorizando la producción local y estableciendo restricciones a las importaciones de sectores estratégicos.

Washington ha endurecido los subsidios a la manufactura nacional bajo leyes como el Inflation Reduction Act, afectando a países exportadores de tecnología y materias primas. Esto impacta especialmente a economías emergentes que dependen de la demanda de grandes potencias para sostener su crecimiento. En la Unión Europea, las regulaciones medioambientales están elevando costos de importación para productos provenientes de Asia y América Latina, lo que podría reducir la competitividad de las exportaciones de estos países.

Por otro lado, China sigue aplicando medidas restrictivas contra empresas extranjeras, limitando su acceso al mercado interno y promoviendo la sustitución de importaciones. A su vez, mantiene restricciones a la exportación de minerales esenciales para la producción de semiconductores, lo que afecta a la industria tecnológica mundial.

En América Latina, el proteccionismo global afecta la estabilidad de los mercados de materias primas, con fluctuaciones en los precios de soya, litio y gas natural. Países como Bolivia, que dependen de la exportación de estos recursos, enfrentan el desafío de diversificar su economía en un entorno de comercio cada vez más restringido.

Polarización política y su impacto en la estabilidad económica

La polarización política se ha intensificado en varias economías clave, afectando la toma de decisiones económicas de largo plazo. En EE.UU., el Congreso dividido obstaculiza la aprobación de reformas fiscales y presupuestarias, lo que genera incertidumbre en la inversión. En Europa, el crecimiento de partidos populistas dificulta la implementación de políticas económicas consensuadas, poniendo en riesgo la estabilidad financiera de la eurozona.

En América Latina, la polarización afecta el clima de negocios y las decisiones de inversión. Países como Argentina y Brasil enfrentan escenarios de alta tensión política, lo que impacta la confianza de los mercados y la atracción de capital extranjero.

El panorama económico global de 2025 está definido por tres tendencias interconectadas: la consolidación de liderazgos personalistas, el auge del proteccionismo y una creciente polarización política. Estas dinámicas generan incertidumbre en los mercados, afectando el crecimiento y la estabilidad financiera. Para los países emergentes, el reto será adaptarse a este nuevo orden económico global, diversificar sus estrategias comerciales y fortalecer sus instituciones para enfrentar un año de cambios profundos y desafíos estructurales.

El mundo se encuentra en una fase de transformación profunda, y las decisiones que se tomen en este año definirán la estabilidad financiera y comercial de la próxima década.