En diciembre de 2023, Bolivia experimentó una ola de calor sin precedentes. Las temperaturas en algunas partes del país alcanzaron los 46 grados Celsius (115 grados Fahrenheit), lo que superó los registros históricos. La ola de calor duró varias semanas y tuvo un impacto significativo en la economía boliviana.

Impacto en la agricultura

El Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras de Bolivia estimó que la ola de calor provocó la pérdida de 100.000 hectáreas de cultivos, lo que equivale a una pérdida de $500 millones. Los cultivos más afectados fueron el maíz, la soya y el trigo.

Impacto en la salud

El Ministerio de Salud y Deportes de Bolivia informó que la ola de calor provocó un aumento de las enfermedades relacionadas con el calor, como la deshidratación, los calambres y las insolaciones. También hubo un aumento de las muertes relacionadas con el calor, con un total de 100 muertes registradas.

Impacto en el turismo

La ola de calor hizo que Bolivia fuera menos atractivo para los turistas, lo que llevó a una disminución de las visitas. El Banco Mundial estimó que la disminución del turismo costó a Bolivia $200 millones.

Impacto en la economía en general

En general, la ola de calor tuvo un impacto negativo en la economía boliviana. La pérdida de cultivos, el aumento de la demanda de atención médica y la disminución de las visitas turísticas provocaron una disminución del crecimiento económico. El gobierno boliviano ha tomado medidas para ayudar a las personas afectadas por la ola de calor, pero el impacto económico total de la crisis aún se está evaluando.

El informe del Banco Mundial estimó que la ola de calor costó a Bolivia un total de $1.200 millones, lo que equivale a un 0,8% del PIB. El informe también estimó que la ola de calor podría provocar una disminución del crecimiento económico de Bolivia en un 0,3% en 2024.

La ola de calor en Bolivia es un ejemplo del impacto negativo que el cambio climático puede tener en la economía. El cambio climático está provocando un aumento de las temperaturas extremas, lo que está afectando a los cultivos, la salud y el turismo. Es probable que este tipo de eventos se vuelvan más frecuentes y graves en el futuro, lo que tendrá un impacto significativo en la economía de Bolivia y de otros países de todo el mundo.