Con 15 puntos de bloqueo activos en el país, las filas en los surtidores de combustible crecen, afectando la economía y la movilidad de miles de bolivianos.
Los bloqueos en Bolivia, afectan principalmente a regiones como Santa Cruz, Cochabamba y La Paz. Según fuentes locales, las protestas están lideradas por distintos grupos, que exigen desde mejoras en infraestructuras hasta soluciones en el acceso a servicios básicos. La tensión en las carreteras no solo ha afectado el transporte de mercancías, sino que también ha generado un creciente desabastecimiento de combustible en varias estaciones de servicio.
En Santa Cruz, una de las ciudades más afectadas, los conductores enfrentan largas filas en los surtidores, mientras la escasez de gasolina comienza a generar incertidumbre. La situación es similar en otras ciudades, donde las filas en las gasolineras alcanzan varios kilómetros. Mientras tanto, los sectores productivos también sufren las consecuencias de los bloqueos. Según reportes, los transportistas enfrentan retrasos considerables en la entrega de mercancías, lo que ha provocado pérdidas económicas, particularmente en el comercio y la industria. Expertos señalan que, si los bloqueos persisten, el impacto económico será aún más severo, afectando tanto a pequeños negocios como a grandes empresas.
La falta de consenso entre el gobierno y los manifestantes agrava el panorama. Aunque se han abierto canales de diálogo, aún no se ha logrado un acuerdo que permita levantar los bloqueos. La población espera con incertidumbre una solución rápida, ya que las previsiones no son alentadoras si la situación se prolonga.