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Minerales estratégicos de América Latina se vuelven esenciales para la industria global de energías limpias

  • En Mundo
  • 26 de septiembre de 2025
Minerales estratégicos de América Latina se vuelven esenciales para la industria global de energías limpias

América Latina, hogar del 50 % del litio mundial y otros minerales esenciales para la transición energética, solo captura una fracción mínima de la riqueza que generan. Un informe de Oxfam alerta que el modelo extractivo reproduce desigualdades históricas: la región provee recursos estratégicos, asume los costos sociales y ambientales, mientras los países industrializados concentran la inversión, la tecnología y las ganancias.

El litio de Bolivia, Chile y Argentina; el cobre de Perú; el níquel de Brasil y las tierras raras de países como Colombia y México colocan a América Latina en el centro de la transición hacia energías limpias. Estos recursos son indispensables para baterías de autos eléctricos, paneles solares, turbinas eólicas y sistemas de almacenamiento energético.

Sin embargo, de acuerdo con Oxfam, la región apenas retiene el 10 % del valor agregado que generan estos minerales en el mercado global. En 2024, solo captó el 3 % de la inversión mundial en energías limpias, frente al 50 % en países ricos y 29 % en China, lo que muestra que el modelo extractivo continúa atado a la exportación primaria, sin un salto decisivo hacia la industrialización y la innovación tecnológica.

Riqueza natural frente a pobreza estructural

Pese a ser fuente de materias primas críticas, muchas comunidades latinoamericanas en zonas mineras enfrentan escasez de agua, contaminación ambiental y conflictos territoriales, sin que la riqueza minera se traduzca en mejoras sustanciales en infraestructura, educación o servicios básicos. Este fenómeno refleja un patrón histórico: América Latina como proveedor de recursos estratégicos que alimentan el desarrollo externo, mientras enfrenta de manera interna limitaciones estructurales.

Expertos señalan que la situación actual recuerda al “boom del guano y del salitre” en el siglo XIX o al auge petrolero en el siglo XX, cuando las materias primas latinoamericanas impulsaron economías extranjeras sin transformar de manera sostenible la región.

Hacia un modelo más equitativo

El informe de Oxfam sostiene que esta “transición energética injusta” puede profundizar desigualdades si no se promueven cambios estructurales. Entre las propuestas están: fortalecer la industrialización en origen, promover cadenas de valor regionales, negociar acuerdos internacionales que incluyan transferencia tecnológica y exigir estándares ambientales y laborales más estrictos a las empresas que operan en la región.

El desafío para América Latina es claro: convertir su riqueza mineral en desarrollo sostenible. Sin estas transformaciones, el riesgo es repetir un patrón histórico en el que los países industrializados concentran los beneficios de la innovación energética, mientras el continente queda relegado al papel de exportador de materias primas.