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Liquidez a corto plazo, riesgo a largo: Bolivia recurre a reservas de oro

Liquidez a corto plazo, riesgo a largo: Bolivia recurre a reservas de oro

El Banco Central de Bolivia (BCB) comprometió más del 34 % de sus reservas, mediante contratos a futuro, generando alrededor de US$ 800 millones para cubrir importaciones de combustible y servicio de deuda externa.

Durante 2025, el BCB realizó tres contratos a futuro con instituciones financieras internacionales por un total de 8,4 toneladas de oro (3 t en el primer cuatrimestre y 5,4 t en operaciones posteriores). Estas transacciones le permitieron recaudar aproximadamente US$ 800 millones que fueron utilizados para financiar la compra de combustibles e amortizar obligaciones de deuda externa, en un contexto donde la liquidez en moneda extranjera sigue siendo crítica.

Aunque el banco mantiene la titularidad legal del oro durante la vigencia de los contratos, la movilización de este activo pone de relieve su rol fungible como soporte de la política fiscal y monetaria.

Implicaciones económicas y riesgos para las reservas

Las operaciones formaron parte de una estrategia de corto plazo y bajo riesgo declarada por el BCB, que incluye instrumentos de cobertura con un costo cercano al 1,5 %. Si bien estas transacciones alivian temporalmente las presiones cambiarias, también implican una reducción significativa del margen de maniobra ante ajustes externos y shocks financieros.

El uso de más de un tercio de las reservas de oro refuerza la urgencia de reconstruir liquidez internacional, ya que solo alrededor de 2,27 toneladas permanecen en bóvedas del BCB, mientras que el resto está en custodia en bancos extranjeros como UBS y Deutsche Bank. Pese a ello, la capacidad de convertir reservas en divisas líquidas aún depende de la valorización del oro y la disponibilidad de refinación certificada. ([turn0search1])

Balance entre necesidad inmediata y sostenibilidad fiscal

La emisión de contratos a futuro facilitó el abastecimiento energético y el cumplimiento de compromisos financieros inmediatos. No obstante, la dependencia creciente de operaciones con oro introduce incertidumbres: el nuevo gobierno deberá cumplir con entregas físicas sin importar fluctuaciones de precios o limitaciones en la producción. Además, desde algunos sectores técnicos se cuestiona la cobertura legal y transparencia en condiciones contractuales.

En paralelo, estas estrategias se desarrollan en un entorno de reservas internacionales reducidas y déficit fiscal elevado. Según economistas, el país corre el riesgo de agotar un activo crítico sin haber fortalecido simultáneamente las exportaciones y la diversificación productiva.

Un alivio temporal que exige visión macroeconómica

La monetización parcial de reservas de oro ha funcionado para mitigar presiones fiscales y de liquidez en 2025, pero no constituye una solución estructural. El desafío central será transformar esa liquidez emergente en capacidades productivas y diversificación exportadora que permitan reconstruir reservas y reducir dependencia de activos no convertibles. Para cerrar la vulnerabilidad externa, Bolivia debe combinar disciplina fiscal, robustez institucional y transparencia en la gestión de sus activos estratégicos.