El reciente ascenso del metal impulsa reservas alternativas en la región y genera oportunidades para inversores latinoamericanos.
En lo que va del año, la plata ha registrado un alza notable, acercándose a sus niveles más altos desde 2011. El precio por onza ha escalado alrededor de un 35 %, impulsado por una combinación de tensiones geopolíticas, inestabilidad económica global y una creciente demanda industrial, especialmente en tecnologías verdes.
Este notable repunte destaca un cambio significativo en la composición de los refugios de valor. Mientras el oro sigue siendo el protagonista, la plata emerge con fuerza como una alternativa atractiva. En regiones como América Latina, donde los bancos centrales están revisando su combinación de reservas, esta tendencia puede inclinar la balanza hacia activos que ofrecen un balance entre seguridad y potencial de apreciación.
Para los países exportadores de plata como México, Perú y Chile, el incremento de precios se traduce en un efecto inmediato en los ingresos por exportación y mayor capacidad de cobertura de divisas. Para Bolivia, donde la producción es menor pero en crecimiento, esta dinámica puede incentivar la exploración y atraer inversiones hacia proyectos mineros de mediana escala, diversificando la matriz exportadora.
Desde la óptica del inversor regional, la plata ofrece una exposición equilibrada entre activos duros y oportunidades de rendimientos ligados a la transformación energética. Sus múltiples usos en componentes eléctricos, paneles solares y medicina le confieren un potencial de demanda sostenido, especialmente en un contexto de transición hacia energías limpias.
El ascenso de la plata a máximos de casi 14 años no es un fenómeno aislado: refleja el creciente interés por activos duales que combinan carácter refugio y utilidad industrial. En América Latina, este fenómeno impulsa ingresos desde la exportación y abre nuevos espacios para diversificar reservas e inversiones estratégicas. Para Bolivia, significa una oportunidad para fortalecer su posición en el mercado de metales preciosos y reactivar proyectos que hasta ahora estaban en pausa.