Recesión industrial y deterioro del entorno productivo

La Cámara Nacional de Industrias (CNI) informó que el Producto Interno Bruto del sector industrial boliviano registró una caída de 1 % en 2025, consolidando un escenario de recesión sectorial. La contracción profundiza una tendencia negativa observada desde la gestión anterior y refleja limitaciones persistentes en la capacidad productiva del país.

El desempeño industrial se vio afectado por restricciones en el suministro de hidrocarburos, que redujeron la operatividad de plantas y elevaron costos logísticos. A ello se sumó el encarecimiento del dólar, que incrementó el costo de importación de materias primas, insumos intermedios y bienes de capital, presionando los márgenes empresariales y reduciendo la competitividad de la producción nacional frente a bienes importados.

Inversión débil y pérdida de competitividad

La CNI señaló que la inversión privada mostró un comportamiento limitado, influida por la percepción de inseguridad jurídica y la ausencia de incentivos claros para proyectos de largo plazo. La inversión pública, por su parte, no logró compensar esta caída, reduciendo el impacto multiplicador sobre la actividad económica y el empleo industrial.

A este escenario se suma la expansión del contrabando y la falsificación de productos, fenómenos que afectan la participación de la industria formal en el mercado interno, distorsionan precios y desincentivan la innovación. Para el sector empresarial, estas prácticas representan uno de los principales obstáculos estructurales para la recuperación productiva.

Bolivia en el contexto regional y global

El desempeño de la industria boliviana se inscribe en un entorno regional de crecimiento moderado. Informes recientes de organismos multilaterales, como el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, señalan que América Latina enfrenta limitaciones estructurales vinculadas a baja productividad, costos logísticos elevados y marcos regulatorios poco competitivos.

Estos factores restringen la capacidad de la región para integrarse de forma más eficiente a las cadenas globales de valor, en un contexto internacional marcado por condiciones financieras más estrictas y menor dinamismo del comercio mundial.

La agenda legislativa del sector industrial

Ante la recesión, la CNI presentó a la Asamblea Legislativa cuatro proyectos de ley considerados estratégicos. Las iniciativas incluyen una nueva Ley de Inversiones orientada a fortalecer la seguridad jurídica y atraer capital nacional y extranjero; una Ley contra el contrabando; una Ley contra la falsificación de productos para proteger la propiedad intelectual; y una Ley antibloqueos destinada a garantizar el libre tránsito de bienes y reducir interrupciones en la cadena logística. Para los industriales, estas normas buscan restablecer condiciones mínimas de previsibilidad, reducir costos estructurales y mejorar el clima de negocios.

La recesión del sector industrial boliviano refleja debilidades estructurales que van más allá del ciclo económico. La contracción del PIB industrial pone en evidencia la necesidad de marcos regulatorios más estables, políticas energéticas consistentes y una estrategia integral contra la informalidad. La agenda legislativa planteada por el sector privado se alinea con recomendaciones internacionales que destacan la importancia de instituciones sólidas y mercados competitivos para impulsar la productividad. Su impacto dependerá de la capacidad del Estado para traducir estas propuestas en políticas coherentes y sostenibles.