El desborde de ríos en el noreste boliviano pone en riesgo el 2% del hato nacional, impactando la seguridad alimentaria y las exportaciones cárnicas.
Las intensas lluvias en el departamento de Beni han provocado inundaciones sin precedentes, afectando gravemente al sector ganadero. Con aproximadamente 3 millones de cabezas de ganado en peligro, la situación amenaza la estabilidad del mercado cárnico nacional y las exportaciones, especialmente hacia mercados clave como China. El aumento de los precios de la carne y las dificultades logísticas agravan la crisis, mientras las autoridades buscan soluciones para mitigar el impacto económico y social.
Ganadería bajo el agua: un sector en crisis
Las inundaciones en Beni han sumergido vastas extensiones de pastizales, obligando a los ganaderos a trasladar su ganado a terrenos más altos. Según el gobernador del departamento, Alejandro Unzueta, alrededor de 3 millones de cabezas de ganado están en riesgo debido a las crecidas de los ríos Yacuma y Beni . Esta cifra representa aproximadamente el 2% del hato ganadero nacional, lo que podría tener consecuencias significativas para la economía del país.
La situación ha generado un aumento en los precios de la carne en los mercados locales, debido a las dificultades para transportar el ganado a los centros de faenado. El viceministro de Logística y Comercio Interno, señaló que las lluvias han anegado caminos clave en Beni y Santa Cruz, dificultando el abastecimiento y provocando un alza temporal en los precios.
Impacto en la agricultura y la seguridad alimentaria
Además del sector ganadero, la agricultura en Beni también ha sufrido daños considerables. Se estima que al menos 5.000 hectáreas de cultivos de arroz están bajo el agua, lo que pone en riesgo la cosecha y podría generar pérdidas millonarias . La escasez de diésel y las malas condiciones de las carreteras han dificultado aún más las labores de cosecha, exacerbando la crisis en el sector agrícola.
A nivel nacional, las inundaciones y granizadas han afectado más de 9.000 hectáreas de cultivos en siete de las nueve regiones de Bolivia, según el viceministro de Desarrollo Agropecuario, Álvaro Mollinedo . Aunque el Gobierno asegura que la seguridad alimentaria no está comprometida, la situación en Beni podría tener repercusiones en la disponibilidad y los precios de alimentos básicos en el corto plazo.
Perspectivas y medidas de mitigación
La magnitud de la crisis ha llevado al Gobierno a declarar el país en desastre nacional, lo que permitirá gestionar financiamiento externo para atender las emergencias . El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha aprobado un préstamo contingente de US$250 millones para ayudar a Bolivia a construir mayor resiliencia financiera frente a desastres naturales, incluyendo inundaciones.
Sin embargo, las autoridades locales advierten que estos esfuerzos podrían no ser suficientes. El gobernador Unzueta ha señalado que la Gobernación de Beni enfrenta limitaciones financieras significativas, lo que dificulta la respuesta efectiva a la emergencia.