El COVID-19 ha tenido un impacto económico global significativo, afectando gravemente a los países más vulnerables. Bolivia, a cuatro años de la cuarentena rígida, aún enfrenta desafíos para recuperarse completamente, pero también cuenta con oportunidades para un crecimiento económico más sostenible e inclusivo.
El impacto económico del COVID-19 ha sido devastador, con una contracción del PIB mundial en 2020 del 3,5%, la mayor desde la Gran Depresión. Los países más afectados han sido aquellos con:
- Elevada dependencia del turismo: Islas del Caribe, Fiyi, Maldivas, Tailandia.
- Fuerte integración en las cadenas de suministro globales: China, Vietnam, México, Corea del Sur.
- Espacio fiscal limitado para responder a la crisis: Argentina, Venezuela, Líbano, Zambia.
Algunos de los efectos económicos más graves del COVID-19 incluyen:
- Caída del PIB: La mayoría de los países experimentaron una caída del PIB en 2020, siendo Venezuela (-30%) la más afectada.
- Aumento del desempleo: La tasa de desempleo mundial aumentó en 2020 al 6,9%, afectando especialmente a jóvenes y mujeres.
- Aumento de la pobreza: Se estima que la pandemia empujó a 150 millones de personas más a la pobreza extrema en 2020.
- Incremento de la deuda pública: Los gobiernos de todo el mundo han gastado billones de dólares en medidas para contener la pandemia, lo que ha elevado la deuda pública a niveles históricos.
Países que peor la pasaron:
- Venezuela: Su economía ya estaba en crisis antes de la pandemia, y el COVID-19 la ha agravado aún más. La caída del PIB en 2020 fue del 30%, la tasa de desempleo es del 44% y la pobreza extrema afecta al 76% de la población.
- Argentina: La economía argentina también se encontraba en una situación vulnerable antes del COVID-19. La pandemia provocó una caída del PIB del 9,9% en 2020, la tasa de desempleo se ubica en el 10,5% y la pobreza alcanza al 40% de la población.
- Líbano: La crisis económica en Líbano se ha visto intensificada por la pandemia. La caída del PIB en 2020 fue del 20,9%, la tasa de desempleo supera el 30% y la pobreza afecta al 55% de la población.
- Zambia: La economía de Zambia depende en gran medida de la exportación de cobre, que ha experimentado una caída de precios debido a la pandemia. La caída del PIB en 2020 fue del 4,2%, la tasa de desempleo se ubica en el 12,5% y la pobreza afecta al 42% de la población.
Bolivia:
4 años después de la cuarentena rígida:
A cuatro años de la cuarentena rígida, la economía boliviana aún se está recuperando del impacto del COVID-19. Si bien se ha logrado un crecimiento del PIB del 4,1% en 2021 y del 6,1% en 2022, aún no se ha alcanzado el nivel de producción prepandemia.
Principales impactos:
- Empleo: La tasa de desempleo urbano abierto se ubicó en 4,5% en 2022, por debajo del 7,6% de 2020, pero aún por encima del 4,0% de 2019.
- Pobreza: La pobreza moderada se redujo del 39,0% en 2019 al 36,4% en 2022, pero la pobreza extrema se mantuvo en 13,7%.
- Deuda pública: La deuda pública del sector público no financiero se incrementó del 52,3% del PIB en 2019 al 76,9% del PIB en 2022.
- Sectores económicos: Los sectores más afectados por la pandemia fueron el turismo, el transporte, la construcción y el comercio.
Desafíos:
- Reactivación económica: Es necesario continuar con la implementación de políticas públicas que fomenten la inversión, la generación de empleo y el crecimiento económico.
- Reducción de la pobreza: Se deben implementar programas sociales focalizados en los sectores más vulnerables de la población.
- Disminución de la deuda pública: Es necesario mejorar la gestión fiscal y aumentar la eficiencia del gasto público.
- Fortalecimiento del sistema de salud: Se debe invertir en infraestructura, equipamiento y recursos humanos para fortalecer la capacidad de respuesta ante futuras pandemias.