La agencia advierte sobre riesgos macroeconómicos; el Gobierno defiende su gestión económica
La agencia calificadora Fitch Ratings anunció la rebaja de la calificación de incumplimiento de emisor en moneda extranjera de Bolivia, pasando de ‘B-‘ a ‘CCC’. Esta decisión se basa en la notable reducción de las Reservas Internacionales Netas (RIN), que, según Fitch, incrementa los riesgos para la estabilidad macroeconómica y la capacidad del país para cumplir con el servicio de su deuda.
Según el informe de Fitch, las RIN disminuyeron de $us 2.100 millones a $us 1.700 millones en 2023, de los cuales $us 1.570 millones corresponden a reservas de oro y solo $us 166 millones a divisas líquidas. Esta reducción ha llevado al racionamiento de divisas y al surgimiento de mercados cambiarios paralelos, afectando el régimen monetario estabilizado del país.
La calificadora también señala que los amplios déficits fiscales, financiados en gran medida mediante préstamos del Banco Central de Bolivia (BCB), y la ausencia de un plan de consolidación fiscal concreto, continúan ejerciendo presión sobre las reservas. Fitch estima que la deuda pública aumentó al 71,7% del Producto Interno Bruto (PIB) a finales de 2023 y proyecta que alcanzará el 73,8% en 2024, en comparación con el 66,5% registrado en 2022.
Respuesta del Gobierno y perspectivas económicas
El Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de Bolivia rechazó la evaluación de Fitch Ratings, argumentando que el análisis no refleja de manera adecuada los avances alcanzados por el país en su gestión macroeconómica. Destacaron que Bolivia se mantuvo como una de las economías con mayor crecimiento en la región durante 2023, logrando un avance del PIB superior al de Argentina, Uruguay, Chile y Perú, cuyos desempeños fueron negativos. En este contexto, el gobierno subrayó que este crecimiento fue posible gracias a la aplicación de medidas que priorizan la estabilidad y la reactivación productiva.
Entre estas políticas, se destacaron los esfuerzos para diversificar la matriz económica del país, fomentando el desarrollo de sectores estratégicos como la industrialización de recursos naturales. En 2023, se implementaron planes de expansión en el sector energético y se promovió la inclusión de biocombustibles como el etanol para optimizar los recursos y reducir el gasto público asociado con los combustibles subsidiados.
A pesar de estos avances, Fitch proyecta que el crecimiento económico de Bolivia cayó al 2,1% en 2023, frente al 3,6% registrado en 2022, y estima una desaceleración adicional a 1,8% para 2024. La calificadora argumenta que esta desaceleración refleja las dificultades estructurales que enfrenta la economía boliviana, incluyendo una menor producción de hidrocarburos y mayores niveles de endeudamiento, que alcanzaron el 71,7% del PIB a finales de 2023. La divergencia entre las proyecciones internacionales y la visión oficial plantea retos importantes en el panorama económico de Bolivia. Mientras Fitch señala que la disminución de las Reservas Internacionales Netas (RIN) y la falta de un plan de consolidación fiscal incrementan los riesgos financieros, el gobierno defiende su capacidad para honrar sus compromisos financieros y garantizar la estabilidad del sistema monetario.