En su último informe, el Banco Mundial señaló que, a pesar de los esfuerzos realizados por la comunidad internacional, erradicar la pobreza extrema para 2030 es un objetivo que se encuentra fuera de alcance. La institución financiera internacional ha puesto de relieve los factores que han frenado este avance, especialmente en los países de bajos ingresos, donde los efectos de la pandemia, las crecientes tensiones geopolíticas y el cambio climático han exacerbado las condiciones de vulnerabilidad.

De acuerdo con los datos del informe, más de 700 millones de personas viven actualmente en pobreza extrema, definida como aquellos que sobreviven con menos de 2,15 dólares al día. Esta cifra, lejos de reducirse de manera sustancial en los últimos años, se ha mantenido prácticamente estancada, y en algunos casos ha empeorado. El Banco Mundial advierte que, de continuar esta tendencia, millones de personas seguirán atrapadas en condiciones de pobreza para el 2030.

El presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, señaló que los desafíos actuales requieren una respuesta coordinada y de gran magnitud por parte de la comunidad internacional. «El crecimiento económico por sí solo no será suficiente. Se necesitan políticas que apoyen a los más vulnerables, inversiones en educación, salud y la creación de empleo para que las personas puedan salir del ciclo de pobreza».

Cambio climático se muestra como un desafío a largo plazo

Otro de los factores que el Banco Mundial destacó como un obstáculo clave es el cambio climático. Las sequías, inundaciones y otros desastres naturales han afectado gravemente a las economías de los países más pobres, especialmente a aquellos que dependen de la agricultura. Estos eventos climáticos extremos no solo destruyen infraestructuras y medios de vida, sino que también dificultan la creación de oportunidades económicas que podrían reducir los niveles de pobreza. Aunque algunos países han implementado medidas para mitigar los efectos del cambio climático, los avances son insuficientes. El Banco Mundial instó a los gobiernos a redoblar esfuerzos en políticas sostenibles y resilientes, ya que el cambio climático seguirá afectando a las poblaciones más vulnerables en las próximas décadas.