Transportistas y exportadores advierten sobre riesgos económicos sin políticas cambiarias claras
La Cámara de Transporte de Bolivia llamó al Gobierno a modificar el tipo de cambio fijo, argumentando que la situación afecta gravemente la competitividad del sector, mientras exportadores temen más pérdidas en un contexto de presiones inflacionarias regionales.
Presión económica y la demanda de flexibilización
La Cámara de Transporte de Bolivia, junto a otros gremios empresariales, ha encendido las alarmas sobre la política cambiaria del país. El tipo de cambio fijo, que ha permanecido sin alteraciones desde 2011, está afectando directamente a la competitividad de las empresas exportadoras y transportistas. Según representantes del sector, la falta de flexibilidad en la política monetaria incrementa los costos de operación y reduce la capacidad de competir en mercados internacionales.
“El costo operativo ha subido debido a factores externos como el precio del combustible y las tarifas portuarias, pero el tipo de cambio fijo no nos permite ser competitivos en un escenario global donde muchas economías devaluaron sus monedas”, destacó un líder del gremio transportista. Esta situación se agrava con la caída de los ingresos por exportaciones y el encarecimiento de bienes importados, poniendo en jaque tanto a pequeños empresarios como a grandes conglomerados en el país.
¿Cambio inminente?
El entorno económico internacional ha puesto presión en diversas economías de América Latina. Países como Argentina y Chile, socios comerciales clave para Bolivia, han devaluado sus monedas en respuesta a fluctuaciones del mercado, intensificando el impacto en las transacciones bilaterales.
Exportadores bolivianos afirman que las condiciones actuales limitan la capacidad de sostener acuerdos comerciales. Algunos expertos argumentan que el modelo de tipo de cambio fijo, diseñado inicialmente para garantizar estabilidad, ahora representa un obstáculo en un contexto volátil y globalizado. “Las medidas paliativas no son suficientes; necesitamos un ajuste estructural que equilibre las necesidades internas y los desafíos externos”, se señaló, subrayando la importancia de mantener la confianza de inversionistas extranjeros.
Consecuencias económicas
Con la presión del sector empresarial, el debate sobre un eventual cambio en la política cambiaria cobra fuerza. Si bien el Banco Central ha defendido el tipo de cambio fijo como un mecanismo para contener la inflación, su impacto negativo en el comercio exterior es innegable, especialmente para sectores estratégicos como el transporte y la exportación de hidrocarburos.
Por ahora, la respuesta gubernamental a estas demandas será crucial para definir la dirección económica del país en 2024. Empresarios y expertos coinciden en que el futuro económico de Bolivia dependerá de su capacidad para adaptarse a un contexto regional cambiante sin poner en riesgo su estabilidad financiera interna.