José de Castro, consultor internacional en temas de litio, asegura que el tren es el medio idóneo que optimiza la logística para el transporte del carbonato de litio y carbonato de sodio a los mercados internacionales, porque asegura que implica una significativa mejora en el costo de transporte, y disminuye la contaminación de CO2, así
José de Castro, consultor internacional en temas de litio, asegura que el tren es el medio idóneo que optimiza la logística para el transporte del carbonato de litio y carbonato de sodio a los mercados internacionales, porque asegura que implica una significativa mejora en el costo de transporte, y disminuye la contaminación de CO2, así como contribuiría al cumplimiento de itinerarios, entre otras ventajas.
“En Argentina, el 75% del transporte del litio se lo hace en camiones, ahí Bolivia tiene una gran superioridad, porque ostenta de un sistema ferroviario que Argentina lo ha ido perdiendo. Es más, el ramal férreo C14, que une Belgrano con Antofagasta, ya es una edificación que data del principio de Siglo XX y necesita ser readecuada en 350 km., más otros 300 km que llegan hacia Antofagasta para responder en los siguientes años a la demanda de los mercados internacionales”, explicó el perito.
El foro “La Logística del litio”, realizado recientemente, sirvió como antesala para delinear las expectativas, necesidades y desafíos de la logística del transporte que demandará este mineral a los países que forman en triangulo del litio de Latinoamérica como Argentina, Bolivia y Chile.
Carlos Gill, uno de los expositores del evento y presidente de la Empresa Ferroviaria Andina S.A y de Ferroviaria Oriental S.A. resaltó que la vía férrea en la región Andina de Bolivia cuenta con m 1.834 kilómetros que conectan ciudades bolivianas con puertos del Pacífico y otra línea, en la región oriental de 1.244 kilómetros, que llevan la carga a los puertos del Atlántico vía carreta en Brasil y por la Hidrovía Paraguay-Paraná al puerto de Rosario en Argentina.
La otra ventaja para el litio que ofrece Ferroviaria Andina, agregó Carlos Gill, es el corredor bioceánico con diversas salidas a puertos mediante el transporte bimodal por tren y camiones, puntualizó. El empresario precisó que la red ferroviaria puede ser ampliada y conectar con Argentina y Chile, que forman parte del Triángulo del Litio al poseer las mayores reservas de dicho metal en el mundo.
En Argentina, dijo Castro, sólo el hecho de contar con un sistema férreo para el fin logístico, se podría mejorar significativamente el costo del transporte en el orden de 10 dólares por tonelada, nos referimos al tramo Salta – Antofagasta que, además, este precio/tonelada representa un 35% menos, respecto a lo que significa el costo de transporte del carbonato de litio en camiones.
Según José de Castro, un tren de carga equivale a 30 y hasta 80 camiones, además emite un 80% menos de CO2, consume sólo un 25% de lo que consume un camión, optimiza los costos logísticos de un 35% a un 50% y lo más importante es que llega a los principales puertos, sobre todo al de Antofagasta que sale hacia el Pacífico.
Entonces, los expertos aseguran que los países dueños de este material prima no sólo deben focalizarse en la producción de litio como tal (carbonato de sodio, carbonato de litio, hidróxido o los insumos que salen de las salmueras), sino que debemos también tomar atención máxima a la logística, dependiendo en la etapa donde se encuentre cada país que conforma el triángulo del litio.
“Hay que tomar en cuenta que la logística del litio va a demandar más aspectos que deben ser cubiertos, porque el mercado compuesto por Japón, Corea, Estados Unidos y China va a demandar de cinco a 10 veces más el esfuerzo logístico que irá en paralelo con el crecimiento de producción del mineral que se multiplicará exponencialmente. No se puede comparar la logística del transporte de minerales con el de sal del carbonato de litio, por tamaños, peso y volúmenes”, explicó José de Castro.
De la misma manera, el desafío de la logística para el transporte del litio es integral y que debe tomar en cuenta su sostenibilidad, su productividad, la interrelación con el gobierno y con las comunidades por donde se asienta este mineral y tener además la visión global de cooperación interregional (entre los países que conforman el triángulo del litio) para mejorar este desafío que está en puertas.
“En la actualidad, Argentina tiene un avance interesante respecto a dos proyectos de carbonato y de cloruro de litio, de gran expansión y también cuenta con cuatro proyectos nuevos donde más de 30 compañías están inmersas para apoyar en su exportación. Todo esto, sin duda requiere de una gran logística. Las provincias que tiene salares en su puna como Jujuy, Salta y Catamarca muestran avances que antes eran impensables en su infraestructura, pero como bien lo sostiene Carlos Gill, experto en logística, el mercado mundial nos podrá por delante un reto en este aspecto para superar la complejidad que tiene el tema logístico”, finalizó su exposición José de Castro.
Carlos Gill señaló que desde Uyuni hasta las instalaciones de Yacimiento de Litio Boliviano (YLB), empresa estatal encargada de la industrialización de ese mineral, existe una distancia de 20 kilómetros que se podría cubrir con una cinta transportadora para que, posteriormente, el cargamento se embarque en tren hasta puertos de Chile y Perú.
De cualquier manera, concluyó Gill, la cadena productiva y la cadena de transportes referidas al litio tendrán que adoptar nuevas tecnologías en logística para cumplir la alta demanda mundial de los mercados que tienen en agenda desde el 2025 en adelante para transformar esta materia prima en baterías para movilidades que utilicen energías renovables.