El precio del gramo de oro en Bolivia alcanzó una cifra histórica que refleja la crisis cambiaria e inflacionaria. Aunque el metal se revaloriza como refugio global, su subida encarece su acceso local y limita su uso como reserva del pequeño ahorrista.
Oro, refugio global y presión local sobre los bolsillos
El precio del oro supera los 3.600 dólares por onza troy a nivel internacional, impulsado por la incertidumbre financiera global, las compras por parte de bancos centrales y la limitación de oferta minera. Estas mismas tensiones han elevado el valor del metal más del 30 % en 2025, según datos de Infobae y El País, consolidando al oro como activo refugio ante crisis económicas y geopolíticas
En Bolivia, el impacto es directo y significativamente costoso: el mercado local ha registrado precios máximos de Bs 818 por gramo de oro 24 K, según Exchange-Rates y Gold Rate 24. Este valor establece un nuevo récord y supera en más del 30 % el precio promedio registrado.
Oro como recurso estatal y obstáculo ciudadano
En el contexto de escasez de divisas, el Banco Central de Bolivia ha movilizado más de un tercio de sus reservas de oro, comprometiendo hasta 8,4 toneladas mediante contratos a futuro que generaron cerca de US$ 800 millones para financiar importaciones clave y amortizar deuda externaa.
Estas operaciones alivian la presión fiscal en el corto plazo, pero limitan el margen estratégico ante futuras emergencias financieras. Además, mientras el Estado utiliza el oro como respaldo liquidable, el precio elevado impide que pequeños ahorristas recurran a él como refugio patrimonial.
La paradoja del refugio: valorización y desigualdad
El mercado internacional ve al oro como un refugio de valor, pero en Bolivia ese mismo activo se ha convertido en símbolo de desigualdad. Solo inversionistas con gran liquidez pueden acceder actualmente a precios por encima de Bs 800 por gramo, mientras el ciudadano común ve limitada su capacidad de ahorro ante la escalada inflacionaria local.
El contraste refleja una realidad dual: un activo valorizado que solo está al alcance de unos pocos, y que se utiliza como herramienta financiera del Estado, dejando fuera a la gran mayoría.
Comparativa global y contradicción doméstica
El oro encarna hoy el contraste más significativo de la economía boliviana: mientras se consolida como activo de refugio global, su escalada de precio vuelve su acceso prohibitivamente caro para el público. Simultáneamente, el Estado lo moviliza para garantizar divisas en emergencia, comprometiendo reservas estratégicas. Aunque la dinámica global favorece su valorización, a nivel interno refuerza la necesidad de diversificación del ahorro y la urgencia de restaurar la estabilidad macroeconómica.