Los inversionistas buscan refugio en el metal precioso mientras crecen las tensiones económicas y geopolíticas
El precio del oro ha alcanzado un nuevo récord, superando los US$2.880 por onza, impulsado por la creciente incertidumbre global y una demanda sostenida por parte de inversores y bancos centrales.
Factores que impulsan el alza del oro
El oro ha consolidado su posición como activo refugio en medio de un entorno macroeconómico caracterizado por tensiones geopolíticas, fluctuaciones en las políticas monetarias y preocupaciones económicas. La reciente escalada en la guerra comercial entre Estados Unidos y China ha generado temores en los mercados, llevando a los inversores a buscar seguridad en activos tangibles como el oro. Además, las expectativas de recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos han contribuido a la apreciación del metal precioso.
Según Alexander Londoño, analista de Mercados de ActivTrades, «el oro sigue registrando nuevos máximos históricos y se acerca a los US$2.900 por onza, donde podría encontrar una resistencia, ya que técnicamente, el metal precioso también está sobre-extendido al alza».
Demanda y perspectivas futuras
La demanda total de oro, incluyendo la inversión en mercados extrabursátiles, aumentó un 1% interanual en el cuarto trimestre de 2024, alcanzando un nuevo récord trimestral y contribuyendo a un total anual histórico, según el informe anual del World Gold Council. Este incremento refleja la continua confianza de los inversores en el oro como cobertura frente a la volatilidad del mercado y la depreciación de las monedas.
Analistas del grupo alemán Heraeus predicen que el precio por onza troy de oro oscilará entre US$2.450 y US$2.950 en el próximo año, con la posibilidad de alcanzar nuevos máximos históricos si se supera este rango. Factores como la acumulación de reservas de oro por parte de los bancos centrales, especialmente en países como China e India, y la búsqueda de refugio seguro ante la incertidumbre económica y geopolítica, continúan impulsando la demanda y el precio del metal.
Para Bolivia, país con una significativa producción aurífera, estos máximos históricos en el precio del oro representan una oportunidad económica considerable. Sin embargo, según datos del Viceministerio de Política Minera, Regulación y Fiscalización, la producción de oro en Bolivia en 2023 tuvo un valor de US$2.865 millones, un 6,7% menos que en 2022. Esta disminución se atribuye a diversos factores, incluyendo fluctuaciones en los precios internacionales y desafíos en la actividad minera local.
A pesar de la caída en la producción, el alto precio del oro en los mercados internacionales podría traducirse en mayores ingresos para el país, siempre y cuando se implementen estrategias efectivas para optimizar la producción y comercialización del metal. Es crucial que Bolivia aborde desafíos como la informalidad en el sector minero y fortalezca las políticas que promuevan una minería responsable y sostenible, asegurando que los beneficios económicos del auge del oro se traduzcan en desarrollo y bienestar para la población.