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El Banco Mundial proyecta contracción del –0,5 % para Bolivia en 2025 frente a crecimiento regional

El Banco Mundial proyecta contracción del –0,5 % para Bolivia en 2025 frente a crecimiento regional

El Banco Mundial prevé que la economía boliviana se contraiga en 2025 mientras la región crece, al señalar que la escasez de dólares, la inflación y los conflictos internos son frenos estructurales que requieren atención urgente.

Proyecciones que estremecen expectativas

Según un reporte reciente, el Banco Mundial (BM) estima que Bolivia enfrentará una contracción del –0,5 % en su Producto Interno Bruto (PIB) para 2025. Esta cifra contraste con escenarios más optimistas que esperaba el gobierno y coloca al país entre los pocos en América Latina con crecimiento negativo proyectado.

El informe del BM anticipa además que la caída podría extenderse en los años siguientes, con estimaciones de –1,1 % en 2026 y –1,5 % en 2027. De confirmarse estas cifras, Bolivia quedaría prácticamente aislada en una senda recesiva sostenida, en un contexto en el que muchas economías regionales muestran leves señales de recuperación.

Factores clave detrás de la caída proyectada

El Banco Mundial señala que la combinación de escasez de dólares, restricciones en importaciones de combustibles, alta inflación y conflictos sociales recurrentes actúan como frenos simultáneos al crecimiento. Estas condiciones erosionan la capacidad de producción, encarecen insumos y generan incertidumbre entre los agentes económicos.

Analistas nacionales interpretan estas proyecciones como una advertencia contundente para las autoridades entrantes. Para ellos, la caída refleja no solo efectos coyunturales, sino deficiencias estructurales: dependencia energética externa, regulación rígida y baja diversificación productiva.

Bolivia frente al contraste regional

Mientras Bolivia proyecta una contracción, el contexto latinoamericano muestra una estimación de crecimiento moderado. El BM ajusta para la región una expansión del 2,3 % en 2025, con varios países con proyecciones revisadas a la baja, pero aún en terreno positivo.

Este desalineamiento regional refuerza la percepción de que Bolivia estaría perdiendo competitividad relativa. Países vecinos con economías más diversificadas, mayor inversión extranjera o reservas energéticas fuertes podrían aprovechar ese diferencial para atraer capitales y mercados que Bolivia no podrá retener en un escenario de recesión.

Retos precisos para revertir la tendencia

Para evitar que la proyección de –0,5 % se vuelva realidad, Bolivia debe reforzar su política macroeconómica desde el primer día. Es clave restablecer el flujo de divisas, desbloquear créditos externos pendientes y usar esos recursos para estabilizar el tipo de cambio, asegurar combustibles y sostener importaciones de insumos estratégicos.

La disciplina fiscal también emerge como prioridad: disminuir partidas de gasto no productivo, mejorar la eficiencia del gasto público y transparencia institucional. Además, fomentar sectores de valor agregado minerales estratégicos, agroindustria, energías renovables puede ofrecer vías de escape al estancamiento, si se combinan con incentivos adecuados y mejor conectividad institucional.