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Crear sin gastar de más: el desafío de Bolivia para estabilizar su economía y crecer

  • En Pais
  • 28 de octubre de 2025
Crear sin gastar de más: el desafío de Bolivia para estabilizar su economía y crecer

El ambiente económico de Bolivia demanda ahora una política de “austeridad expansiva”: combinar ajuste fiscal con inversiones estratégicas. Frente al próximo gobierno crece el desafío de conservar la liquidez, estabilizar las cuentas públicas y reactivar la economía sin recortar el crecimiento.

Ajuste fiscal sin colapso productivo

Informes advierten que el nuevo gobierno deberá aplicar una estrategia de austeridad expansiva, esto es, reducir los gastos improductivos del Estado al mismo tiempo que se canalizan recursos a inversión productiva que genere divisas y empleo. La propuesta surge en un entorno donde el país enfrentará un déficit fiscal creciente, reservas internacionales ajustadas y baja capacidad de maniobra exterior.

Según expertos locales, reconvertir el gasto público es clave: ajustar subsidios indiscriminados, revisar programas que no aportan crecimiento y redistribuir recursos a infraestructura, exportaciones y tecnología. Este enfoque implica una combinación difícil: por un lado, austeridad para apuntalar la disciplina fiscal; por otro, expansión selectiva para evitar que el recorte generalizado detenga al aparato productivo.

La inserción internacional y el financiamiento externo

El plano externo es determinante. Cuando la economía nacional está acotada por falta de dólares, una estrategia de austeridad expansiva debe complementarse con financiamiento externo, cooperación multilateral y alianzas internacionales. Eso permitirá reforzar reservas, importar capital, infraestructura y tecnología. Está claro que la estabilidad fiscal sola no basta: Bolivia necesitará fluidez externa para que la austeridad no se traduzca en estancamiento.

En ese contexto, atraer inversión extranjera, emitir bonos soberanos o negociar líneas de crédito con organismos internacionales se vuelve parte de una política más amplia. Los mercados buscarán señales fiscales coherentes, instituciones robustas y un programa económico claro para ofrecer mejores condiciones de financiación.

¿Qué debe priorizar la política económica?

La economía boliviana exige que el nuevo gobierno formule un plan que no solo ajuste, sino que también invierta. Priorizar los ingresos: modernizar la recaudación tributaria, ampliar la base impositiva y reducir evasión. Priorizar los gastos: reducir los subsidios a combustibles sin afectar grupos vulnerables, optimizar las transferencias y focalizar el gasto en infraestructura generadora de crecimiento. Y priorizar la inversión: conectar a Bolivia con cadenas globales de valor, diversificar exportaciones, mejorar la logística y acelerar los proyectos que generen dólares.

El cambio reside en el equilibrio: aplicar austeridad sin sacrificar crecimiento, ejecutar inversión sin disparar el déficit, y estabilizar sin perder dinamismo. El éxito de esta estrategia marcará si el país puede salir de su estancamiento o caer en una nueva etapa de fragilidad externa.