El Gobierno busca aliviar la presión económica que enfrentan los hogares por el alza de precios y el contrabando inverso.
En un contexto de creciente preocupación por el aumento en el costo de la canasta familiar y la proliferación del contrabando inverso, el Gobierno de Bolivia ha anunciado un paquete de seis medidas para mitigar los efectos de la inflación importada y enfrentar los desafíos económicos que esta situación genera. Estas acciones buscan no solo estabilizar los precios, sino también proteger la producción local y el poder adquisitivo de la población.
Para contrarrestar estos efectos, el Gobierno boliviano ha dado a conocer seis medidas clave. Una de las acciones más destacadas es el refuerzo de la vigilancia fronteriza, con el objetivo de frenar el contrabando que afecta directamente la disponibilidad de productos básicos en el país. Se espera que la colaboración entre las fuerzas del orden y la Aduana Nacional sea fundamental para garantizar la efectividad de esta medida.
Adicionalmente, se han anunciado subsidios focalizados para productos esenciales, lo que permitirá aliviar parcialmente el bolsillo de las familias más vulnerables. Este apoyo económico, junto con la estabilización de precios mediante acuerdos con sectores productivos, pretende generar un alivio inmediato y efectivo. Otra de las medidas incluye el fortalecimiento de la producción interna, incentivando a los pequeños y medianos productores a través de líneas de crédito y apoyo técnico. El Gobierno busca que, a mediano plazo, Bolivia dependa menos de las importaciones, que han sido uno de los factores principales en la subida de precios. La diversificación de la producción local es vista como una solución estructural a los problemas económicos actuales.
Se han previsto campañas de concienciación sobre el consumo de productos locales. Se espera que, al incentivar la compra de bienes nacionales, se logre reducir la dependencia de importaciones y fortalecer la economía local. Paralelamente, se continuará con las políticas de estabilización macroeconómica que incluyen mantener la paridad cambiaria y controles de precios en mercados estratégicos. Estas políticas buscan garantizar que la inflación no siga escalando y que la economía boliviana se mantenga en un estado de relativa estabilidad.