Las reservas internacionales caen mientras el dólar paralelo gana fuerza en el mercado.
Las crecientes tensiones en el mercado cambiario de Bolivia en 2025 preocupan a economistas y empresarios. La caída en las reservas internacionales y el fortalecimiento del dólar en el mercado paralelo señalan desafíos importantes para la economía del país, mientras la ciudadanía busca certezas frente a la incertidumbre.
Tensiones en el mercado cambiario: una señal de alerta
El dólar estadounidense se consolida como protagonista del panorama económico boliviano en 2025. En los últimos meses, el mercado paralelo ha cobrado más relevancia, reflejando una brecha cada vez más marcada con el tipo de cambio oficial. Mientras tanto, las reservas internacionales del Banco Central de Bolivia (BCB) registran niveles preocupantemente bajos, poniendo en evidencia las limitaciones de la política monetaria para estabilizar la situación. Según analistas económicos, la falta de liquidez en dólares y las demandas insatisfechas del sector privado han incentivado un mayor dinamismo en el mercado paralelo, donde el precio de la divisa supera significativamente al valor oficial de 6,96 bolivianos por dólar. «El problema no es solo la oferta limitada; también hay una pérdida de confianza que presiona al sistema», señala un economista local.
El impacto se extiende más allá de las dinámicas cambiarias. La caída en las reservas, estimada en menos de $us 3.500 millones, limita la capacidad del gobierno de respaldar la moneda nacional y garantizar importaciones esenciales, un desafío que podría tener implicaciones en la estabilidad de precios y en el acceso a bienes importados en los próximos meses.
¿Es viable un cambio en el modelo económico?
Con un modelo económico basado en la estabilidad cambiaria y el control del dólar durante años, Bolivia enfrenta ahora un escenario complejo. Aunque el gobierno mantiene su postura de no realizar una devaluación abrupta, los expertos advierten que medidas correctivas estructurales serán indispensables para frenar una posible crisis.
Entre las estrategias mencionadas por especialistas está la diversificación de la economía y un enfoque renovado en el fortalecimiento de las exportaciones no tradicionales, que podría aliviar la presión sobre las reservas. Sin embargo, la ejecución de estas medidas dependerá de un liderazgo decidido y del consenso político necesario para evitar mayores desajustes. Por otro lado, sectores productivos nacionales han mostrado señales de incertidumbre ante los posibles ajustes. «Estamos en una situación donde las reglas de juego deben ser claras para atraer inversiones y preservar la actividad económica interna», apunta un representante del sector empresarial.
En un panorama donde las soluciones a corto plazo parecen limitadas, los próximos meses serán cruciales para determinar si Bolivia podrá navegar este periodo de incertidumbre económica sin sacrificar la estabilidad alcanzada en décadas pasadas. Para los ciudadanos y empresas, este año traerá decisiones que podrían redefinir el rumbo económico del país.