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Bolivia enfrenta creciente presión por su deuda y tipo de cambio

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  • 4 de febrero de 2025
Bolivia enfrenta creciente presión por su deuda y tipo de cambio

El endeudamiento alcanza el 84% del PIB mientras el organismo sugiere devaluación

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha lanzado una advertencia sobre la estabilidad económica de Bolivia, señalando que la deuda pública ha escalado al 84% del PIB. En un contexto de reservas internacionales menguantes y mercados financieros restringidos, el organismo sugiere que una devaluación del boliviano podría aliviar los desequilibrios externos.

Deuda al alza y reservas en declive

Bolivia enfrenta un escenario económico cada vez más desafiante. Según el último informe del FMI, la deuda pública ha alcanzado niveles críticos, impulsada por el continuo financiamiento interno del Banco Central de Bolivia (BCB) y la reducción de fuentes de crédito externo. Mientras tanto, las Reservas Internacionales Netas (RIN) han caído a niveles históricamente bajos, limitando la capacidad del país para responder a shocks externos.

“La acumulación de deuda en Bolivia refleja una política fiscal expansiva en un entorno de menor acceso a financiamiento externo”, señala el reporte del FMI. “Si bien el crecimiento económico ha mostrado resiliencia, las presiones sobre el tipo de cambio y la caída de reservas requieren ajustes en la política macroeconómica”.

La creciente brecha entre la oferta y la demanda de dólares ha generado tensiones en el mercado cambiario, impulsando un mercado paralelo donde el tipo de cambio supera ampliamente la tasa oficial. Esta dinámica erosiona la confianza y complica la gestión monetaria del país.

Respuesta del gobierno y perspectivas del sector privado

El Ministerio de Economía ha rechazado las recomendaciones del FMI, argumentando que el informe no refleja las recientes medidas adoptadas para fortalecer la economía. “Los datos utilizados por el FMI corresponden a 2023. En 2024 hemos impulsado la exportación de gas y minerales, optimizando el flujo de divisas al país”, afirmó el ministro Marcelo Montenegro.

Sin embargo, analistas locales advierten que los desafíos estructurales persisten. “El problema no es solo la deuda, sino la sostenibilidad del modelo económico basado en subsidios y control del tipo de cambio”, explica Henry Oporto, director de la Fundación Milenio. “Si las reservas continúan cayendo y el acceso a financiamiento externo sigue restringido, la presión por una corrección cambiaria será inevitable”.

La incertidumbre en el entorno macroeconómico ya está afectando las decisiones del sector privado. Empresas con exposición al dólar han comenzado a ajustar sus estrategias financieras ante el riesgo de una eventual devaluación. “El encarecimiento de insumos importados y la volatilidad cambiaria pueden afectar la competitividad del sector industrial”, señala un alto ejecutivo de la Cámara Nacional de Comercio.

Riesgos y posibles escenarios

El debate sobre la estabilidad financiera de Bolivia plantea escenarios contrastantes. Mientras el gobierno insiste en mantener la estabilidad cambiaria y recurrir a fuentes alternativas de financiamiento, el FMI y varios economistas advierten sobre la necesidad de un ajuste más profundo.

Si el país mantiene su política de intervención cambiaria y alto endeudamiento, el costo del financiamiento interno podría aumentar, restringiendo el crédito al sector privado y desacelerando la actividad económica. En contraste, una devaluación controlada podría corregir desequilibrios, pero con el costo de un incremento en la inflación y un impacto inmediato en el poder adquisitivo de los consumidores.

La clave estará en la capacidad del gobierno para recuperar la confianza de los mercados y asegurar fuentes de financiamiento sostenibles. En un contexto de incertidumbre global y presiones internas, Bolivia enfrenta decisiones económicas que definirán su trayectoria en los próximos años.