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Bajo impulso de consumo y demanda externa mantiene a Bolivia y a la región en un panorama de bajo dinamismo

  • En Pais
  • 29 de diciembre de 2025
Bajo impulso de consumo y demanda externa mantiene a Bolivia y a la región en un panorama de bajo dinamismo

El organismo multilateral ubica a Bolivia entre las economías con crecimiento leve en 2025 y 2026, reflejando un estancamiento relativo en comparación con el promedio sudamericano y contribuyendo a un panorama regional de crecimiento moderado.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyecta que Bolivia mantendrá un crecimiento económico de alrededor de 0,5 % tanto en 2025 como en 2026, un ritmo positivo pero situado por debajo del promedio de la región, en un contexto donde la actividad económica en América Latina enfrenta una desaceleración del consumo y de la demanda externa.

Proyecciones de crecimiento regional y subregional

La CEPAL, organismo de las Naciones Unidas encargado de análisis económico, presentó su “Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2025”, en el que se proyecta un crecimiento promedio regional de 2,4 % para 2025 y 2,3 % para 2026. Esta trayectoria, si se confirma, implicaría que la región acumule cuatro años consecutivos de bajo crecimiento, un fenómeno que limita la expansión de empleo, el ingreso de los hogares y la sostenibilidad fiscal.

En el caso de América del Sur, la expansión esperada sería de 2,9 % en 2025, impulsada por la recuperación de varias economías tras contracciones en 2024, incluida Bolivia, y se anticipa una moderación hasta 2,4 % en 2026

Posición de Bolivia en el contexto regional

Según el reporte de la CEPAL, Bolivia se ubica entre los países que contribuirán a la recuperación de Sudamérica en 2025 con un crecimiento estimado en 0,5 %, después de haber registrado una contracción estimada de -1,1 % en 2024. Para 2026, el organismo proyecta una tasa similar de crecimiento (0,5 %), señalando que el país no logra acelerar su expansión respecto al año anterior.

Este desempeño refleja un ritmo de expansión menor al promedio regional y al de otras economías de la subregión. Si bien el crecimiento positivo indica cierta recuperación después de la contracción de 2024, la estabilidad en tasas moderadas plantea un escenario de estancamiento relativo en comparación con países con tasas más elevadas de crecimiento económico.

Implicaciones macroeconómicas para Bolivia

Desde una perspectiva macroeconómica, tasas de crecimiento cercanas a 0,5 % señalan una recuperación muy moderada de la actividad económica, que puede tener repercusiones en variables estructurales como la creación de empleo formal, la demanda interna y la recaudación fiscal. Organismos como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial han advertido en informes anteriores que ritmos de crecimiento por debajo del promedio regional tienden a limitar la inversión productiva y la profundización en sectores de mayor valor agregado, afectando la competitividad general de la economía.

Además, en economías emergentes, un crecimiento persistente por debajo de 1 % suele reflejar restricciones tanto internas como externas, incluidas limitaciones en la inversión, la productividad laboral y choques de demanda externa. La CEPAL vincula estas tendencias con la desaceleración del consumo privado que ha sido un motor clave del crecimiento en años recientes y con una demanda externa menos favorable en 2026.

La proyección de un crecimiento sostenido moderado puede influir en la percepción de riesgo país y la asignación de flujos de capital. En un entorno donde las economías compiten por inversión extranjera directa y acceso a financiamiento externo, una tasa de expansión por debajo de la media regional puede requerir esfuerzos adicionales en reformas estructurales que mejoren la productividad, fortalezcan la inversión y diversifiquen la base exportadora.

Comparación con otras economías regionales

Mientras Bolivia mantiene tasas moderadas, otros países de Sudamérica anticipan diferentes ritmos de crecimiento. Por ejemplo, países como Argentina y Paraguay mostraron mayores tasas de expansión en 2025 en las proyecciones de CEPAL, aunque para 2026 también se prevé una desaceleración generalizada de la subregión. Esta heterogeneidad pone de manifiesto la importancia de políticas productivas y de integración regional que permitan dinamizar la actividad económica.

Las proyecciones de la CEPAL sitúan a Bolivia en un contexto de recuperación moderada pero persistente bajo crecimiento para 2025 y 2026, en línea con la tendencia regional de expansión lenta. La persistencia de tasas de alrededor de 0,5 % subraya la necesidad de una agenda de políticas públicas que fortalezca inversión productiva, diversificación de exportaciones y condiciones institucionales para atraer capital privado. En un escenario global con desafíos para el comercio y la demanda externa, Bolivia y la región enfrentan el reto de impulsar crecimiento sostenible y estructural sin perder de vista la estabilidad macroeconómica.