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América Latina acelera su transición energética con renovables como motor de crecimiento eléctrico

América Latina acelera su transición energética con renovables como motor de crecimiento eléctrico

América Latina aumentó su capacidad de generación limpia y elevó la participación de renovables en la matriz eléctrica, reduciendo el uso de carbón y petróleo y promoviendo condiciones macroeconómicas más resilientes en un entorno de crecientes demandas de energía y desafíos climáticos.

Las energías renovables aportaron cerca de dos tercios de la nueva capacidad instalada y de la generación eléctrica en América Latina durante 2025, con fuerte participación de eólica y solar, según datos de la Organización Latinoamericana y Caribeña de Energía. Este avance tiene implicaciones para el mercado energético, la inversión en infraestructura y la reducción de dependencia de combustibles fósiles en la región.

Renovables impulsan expansión eléctrica

Las energías limpias jugaron un papel central en la expansión eléctrica de América Latina en 2025, representando aproximadamente 68 % de la nueva capacidad instalada y 67 % de la generación total, conforme al reporte sobre el sector publicado por la OLACDE.

Este dinamismo se explica en buena medida por la consolidación de la energía eólica y solar, que concentraron más de seis de cada diez unidades adicionales de generación eléctrica, reflejando la competitividad de estas tecnologías frente al uso de carbón mineral y derivados del petróleo, cuya participación cayó 21 % y 31 % respectivamente en la generación eléctrica regional.

Reconfiguración de la matriz energética

La matriz eléctrica regional ha pasado por una reconfiguración significativa en años recientes. Informes de la OLACDE señalan que en 2025 la proporción de generación eléctrica proveniente de fuentes renovables ascendió al entorno del 70 %, consolidando a la región como una de las más dependientes de energías limpias a nivel global.

La hidroelectricidad continúa como la columna vertebral de esta transición, respaldada por condiciones climáticas favorables y la ampliación de capacidades instaladas en países como Brasil, Colombia y Perú. Paralelamente, la energía eólica y solar han acelerado su participación, impulsadas por menores costos de tecnología y un volumen creciente de proyectos ejecutados tanto por el sector público como privado.

Factores económicos y reducción de costos

La expansión renovable está alineada con tendencias globales de reducción de costos de tecnologías limpias. Informes internacionales han mostrado que la solar fotovoltaica y la eólica se están consolidando como las fuentes de menor costo nivelado de electricidad en diversos mercados, lo que impulsa la adopción en economías emergentes. Estudios de consultoras internacionales indican que estos avances mejoran la competitividad y reducen vulnerabilidad a choques de precios de combustibles importados, con impacto positivo en balanzas comerciales energéticas e inflación subyacente en los costos de energía.

La creciente participación de renovables en la matriz eléctrica da señales a los mercados financieros y a inversionistas institucionales sobre la dirección de la política energética regional. La reducción paulatina del uso de combustibles fósiles reduce la exposición de las economías latinoamericanas a la volatilidad de precios de petróleo y carbón y puede mejorar los indicadores de riesgo país, al estabilizar los costos energéticos y reducir las necesidades de divisas para importación de combustibles.

Además, la expansión de la energía limpia puede estimular la competitividad de sectores intensivos en electricidad, como industria manufacturera y minería, así como atraer capital extranjero orientado a proyectos de capital intensivo en tecnologías verdes. Informes de organismos multilaterales han destacado que la infraestructura de energía limpia es un imán para inversionistas que buscan activos con perspectivas de retorno estable y alineados con criterios ESG.

Desafíos de infraestructura y factores institucionales

Persisten desafíos en la región, particularmente en infraestructura de transmisión y procesos regulatorios. Expertos subrayan que la falta de infraestructura de transmisión adecuada y demoras en permisos ambientales pueden frenar la integración de nueva capacidad renovable en redes eléctricas nacionales.

El papel preponderante de las energías renovables en la expansión eléctrica de América Latina en 2025 representa un avance estructural hacia matrices más sostenibles, menos vulnerables a fluctuaciones de precios de combustibles importados y más alineadas con compromisos climáticos internacionales. El impulso de eólica y solar, junto con una mayor participación hidráulica, contribuye a una transición energética con beneficios macroeconómicos claros, incluidos seguridad energética, mitigación del riesgo externo y atracción de inversiones. No obstante, consolidar estos beneficios dependerá de fortalecer marcos regulatorios, infraestructura de transmisión y políticas de largo plazo que faciliten la integración de tecnologías limpias en todos los países de la región.