La escasez de diésel y las restricciones a las exportaciones han puesto en jaque al sector productivo boliviano, que advierte sobre un inminente colapso económico si no se implementan medidas urgentes para garantizar el abastecimiento de combustible y liberar el comercio exterior.
La Confederación de Cañeros de Bolivia (Congabol) y diversos sectores productivos han declarado estado de emergencia ante la crítica escasez de diésel y las restricciones a las exportaciones, advirtiendo que, de no tomarse medidas inmediatas, el país podría enfrentar un colapso económico inminente.
Escasez de combustible paraliza la producción
La falta de diésel ha generado una crisis sin precedentes en el sector agroindustrial boliviano. Congabol ha señalado que la zafra 2025 está en riesgo debido a la imposibilidad de operar maquinaria agrícola sin el combustible necesario. Esta situación no solo afecta la producción de caña de azúcar, sino que también repercute en la cadena de suministro de alimentos y en la generación de empleo en las zonas rurales.
La escasez de diésel se suma a una serie de problemas estructurales que enfrenta la economía boliviana, incluyendo la falta de divisas y la disminución de las reservas internacionales. Según informes recientes, Bolivia necesita aproximadamente 11 millones de dólares diarios para importar combustibles, recursos que actualmente no están disponibles debido a la crisis económica.
Restricciones a las exportaciones agravan la crisis
Además de la escasez de combustible, los productores bolivianos enfrentan restricciones a las exportaciones que limitan su capacidad para generar ingresos y acceder a divisas. Organizaciones como la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) han exigido al Gobierno la liberación total de las exportaciones y la aprobación de biotecnología para enfrentar la crisis.
La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) también ha instado al Ejecutivo a implementar un plan integral de emergencia que incluya el apoyo a los sectores generadores de divisas, la liberación de exportaciones y la garantía de provisión permanente de carburantes.
Implicaciones regionales y necesidad de acción inmediata
La crisis energética y las restricciones comerciales en Bolivia no solo afectan a la economía nacional, sino que también tienen repercusiones en la región andina. La disminución de las exportaciones bolivianas puede alterar los flujos comerciales y afectar a países vecinos que dependen de productos bolivianos.
Ante este panorama, los sectores productivos bolivianos hacen un llamado urgente al Gobierno para que tome medidas concretas que permitan superar la crisis. La implementación de políticas que garanticen el abastecimiento de combustible y la apertura del comercio exterior es esencial para evitar un colapso económico que tendría consecuencias devastadoras para el país y la región.