La IATA denuncia problemas crecientes para repatriar ingresos de aerolíneas, afectando operaciones y conectividad
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha alertado sobre la retención de 42 millones de dólares en Bolivia, una situación que complica las operaciones de las aerolíneas y pone en riesgo la conectividad aérea del país. Las aerolíneas internacionales que operan en Bolivia enfrentan un obstáculo creciente: la imposibilidad de repatriar fondos generados por la venta de boletos en el país. Según la IATA, el monto bloqueado asciende a 42 millones de dólares, convirtiendo a Bolivia en uno de los países con mayores restricciones de este tipo en la región.
Willie Walsh, director general de la IATA, declaró que “la acumulación de fondos retenidos afecta directamente la sostenibilidad de las operaciones aéreas en Bolivia y podría tener consecuencias negativas para los consumidores, incluyendo aumentos en las tarifas y reducciones de rutas”. Además, señaló que esta situación es una preocupación compartida por las principales aerolíneas que conectan al país con el mundo.
El problema radica en las restricciones impuestas por el Banco Central de Bolivia para acceder a divisas y transferir fondos al extranjero. Estas medidas, destinadas a proteger las reservas internacionales, han generado tensiones con las compañías aéreas, que consideran esta política un obstáculo para mantener operaciones rentables. De acuerdo con fuentes de la industria, la falta de acceso a sus ingresos pone en peligro la conectividad de Bolivia con mercados clave. La IATA ha instado al gobierno boliviano a buscar soluciones que permitan liberar estos fondos y garantizar un entorno más favorable para las inversiones extranjeras.
Expertos locales advierten que una posible salida de aerolíneas internacionales podría afectar gravemente al turismo y al comercio, sectores que dependen de una conectividad aérea confiable. «El impacto no solo es económico, sino también social. La conectividad es clave para el desarrollo del país», afirmó un analista económico consultado.
Por su parte, el gobierno boliviano no ha emitido una respuesta oficial ante las denuncias de la IATA. Sin embargo, fuentes cercanas al sector financiero aseguran que se estudian mecanismos para flexibilizar las restricciones, siempre en el marco de proteger las reservas internacionales. Con el panorama actual, las aerolíneas señalan que evaluarán sus operaciones en Bolivia, y algunas incluso han advertido sobre la posibilidad de reducir frecuencias o rutas. La situación subraya la importancia de una política económica equilibrada que fomente la confianza de los inversionistas y garantice servicios esenciales para el país.